Relacionado con el desastre de la violencia y el narcotráfico en México, MVL sostiene que no queda otro camino que lograr que la actividad se desarrolle en la legalidad.
A los que consideran que la gente no debe tener acceso a estas sustancias, les aseguro que una vez que el estado les caiga encima, a los productores de drogas les va a ir igual que al resto que se dedican a producir bienes y servicios legales:
El problema no es policial sino económico. Hay un mercado para las drogas que crece de manera imparable, tanto en los países desarrollados como en los subdesarrollados, y la industria del narcotráfico lo alimenta porque le rinde pingües ganancias. Las victorias que la lucha contra las drogas puede mostrar son insignificantes comparadas con el número de consumidores en los cinco continentes. Y afecta a todas las clases sociales. Los efectos son tan dañinos en la salud como en las instituciones. Y a las democracias del Tercer Mundo, como un cáncer, las va minando.
¿No hay, pues, solución? ¿Estamos condenados a vivir más tarde o más temprano, con Estados narco, como el que ha querido impedir el presidente Felipe Calderón?
La hay. Consiste en descriminalizar el consumo de drogas mediante un acuerdo de países consumidores y países productores, tal como vienen sosteniendo The Economist y buen número de juristas, profesores, sociólogos y científicos en muchos países del mundo sin ser escuchados.
Que alguien diga con seriedad, sin que se le caiga la cara de vergüenza, que la Prohibición limita el consumo de drogas.
ReplyDeleteEl argumento de la Prohibición es que el consumo de drogas crecería muchísimo con la liberación.
Me atrevo a dudar fuertemente de esa proposición.
Las drogas siguen prohibidas por sensiblería, miedo y, más que nada, por la visión de que el estado puede solucionar todo.