Anoche me quedé viendo las noticias sobre el terremoto de Haití en The National, el noticiero de CBC.
El lema de ese país caribeño debería ser “un rinconcito de África subsahariana en América”.
Un desastre espantoso. Heridos y muertos tirados en las calles. Saqueos por todos lados. No hay agua, ni comida, ni energía ni comunicaciones. El gobierno se mudó al aeropuerto porque el palacio presidencial y la mayoría de los ministerios quedaron inhabitables. Es muy llamativo, en un país en el que en épocas normales hay un policía y/o un soldado en cada esquina, en el medio de un desastre natural de esta magnitud no se ve un efectivo por ningún lado.
Mostraban a una señora con el pie amputado que espera desde hace 18 horas atención médica en la puerta de una clínica, junto a miles de otras personas. Las familias se ocupan de tratar de rescatar a sus parientes de los escombros.
Canadá ya envió un Hércules con 20 expertos en rescatar gente atrapada en escombros y alimentos, agua y medicamentos, y ya despacharon dos naves de la armada con más soldados y ayuda humanitaria. El mensaje del gobierno lo leyó la Gobernadora General, que es de origen haitiano. Se le caían las lágrimas.
Por supuesto, como dejaron bien en claro anoche en el noticiero, ¿quién correrá con el mayor esfuerzo, el mayor gasto, quién tendrá que sacarles las papas del fuego? Los odiados EEUU. Y seguramente serán criticados por lo que hacen y dejan de hacer.
Mientras los burócratas corruptos de la ONU siguen dando vueltas para ver a quién pueden coimear, el gobierno de EEUU ya despachó varios aviones con ayuda humanitaria, además de un portaaviones y una nave de desembarco (más grande que un portaaviones de cualquiera de las demás armadas del mundo) con helicópteros y 2000 infantes de marina para tratar de poner algo de orden.
La situación de Haití ya era desesperante antes del terremoto, ahora es un episodio de La Dimensión Desconocida. Uno de los periodistas comentaba que Haití se ha convertido oficialmente en un país de refugiados y que muy probablemente decenas de miles de haitianos deban ser trasladados a EEUU y Canadá para recibir tratamiento médico.
En fin, dignidad full – full, con AA, pasamagazine y antena eléctrica.
Me imagino que Chavez y Castro ya habrán enviado grupos electrógenos y papel higiénico.
ReplyDeleteChavez y Castro les enviaron un barco con dignidad, grabaciones de los discursos del Che, DVDs del programa Aló Presidente y varias copias de El Capital.
ReplyDeleteY de "Las venas abiertas...", para que tengan cuidado con las dobles intenciones de la ayuda del imperio.
ReplyDeleteTodos los progres hablan de los pobres, pero los únicos que se OCUPAN son los neoliberales (USA y Canadá). En esos países los chicos no se mueren de hambre por la calle, la pobreza solo consiste en el modelo y la marca de los autos que manejan o a lo sumo el destino vacacional. Y encima salen a ayudar inmediatamente a los pobres de otros países. Mientras los progres siguen HABLANDO.
ReplyDeleteRothbard, imperialista, ¡la riqueza de EE.UU. y Canadá viene del robo de las materias primas de América Latina! No te hagas el tonto.
ReplyDeleteAhora, en serio, lo mejor que le podría pasar a Haití luego de este terremoto sería convertirse en un protectorado de EE.UU. Pero sabemos que no va a pasar.
Me parece que hay un error. Haití no es un país de refugiados, quien se refugiaría en un lugar así? Es un país de gente que necesita refugio en otro lado, que no es lo mismo.
ReplyDeleteEl problema es "de quién necesitan refugiarse los haitianos", y me temo que la respuesta es "de los haitianos".
Es así, Max, un país de gente que necesita refugio de ellos mismos.
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