Pobre Al Gore, cada vez se queda más solo remando
Hace sólo unos meses, la historia del gigantesco témpano que se ha desprendido de la Antártido hubiese representado ante todos los medios otra prueba irrefutable más del calentamiento global antropogénico que pronto destruiría nuestras vidas y las de todos los pobres del mundo.
Pero ocurrió esta semana, luego de todos los escándalos de las organizaciones ecologistas que impulsan esta payasada anticientífica. Y ya muchos se le atreven, ya no le rinden culto al dios del Calentamiento Global Antropogénico, ya no le temen, pues ya ha sangrado.
Muy cierto, Blogo, parece que muchos están saliendo de la modorra del pedorrismo pseudo científico.
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