Yo no me canso de decirlo, en algún momento lo terminarán entendiendo. A idénticas políticas, idénticos resultados.
Un funcionario se dedicará al negocio de la importación de carne con dinero de los contribuyentes. ¿Cuántas veces pasó antes? Los milicos lo hicieron con la carne de vaca de Uruguay, durante el gobierno de Alfonsín se le sumó la de pollo.
Qué interesante me resulta notar que estas cosas – que el país de la carne por excelencia se vea obligado a importarla de Brasil - no mueven el extremadamente sensible amperímetro nacionalista del argento promedio. No se escucha a nadie acusando de vendepatria y entreguista a Kirchner.
Lo que pasa es que encaja en el relato del socialismo nacionalista. Los argentinos como eternas víctimas pasivas de algún complot para privarlos de lo que les corresponde por derecho propio. No importa perder mercados internacionales o destruir toda una actividad económica si de esa manera ponemos en su lugar a los que siempre nos garcan.
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