El común denominador de TODAS las iniciativas de los colectivistas es más y más poder a los burócratas estatales, en detrimento de la libertad de la gente de batón y chancletas. La principal dedicación de estos tipos es inventar cuestiones para justificar los avances del poder del estado (es decir, de su poder).
No nos engañemos, primero está el proyecto colectivista, después se piensa en los justificativos.
En ese sentido, la democracia liberal les pone algunas vallas (por ahora) insalvables. La gente suele tener un discurso izquierdoso de la boca para afuera, pero tiende a no cultivar aquello de “put your money where your mouth is”. Cuando las papas queman, cuando hay que meter la mano en el bolsillo, no comen vidrio.
Si yo estoy convencido de que me chorrea la sapiencia, y la negrada a la que abandonó el desodorante no comparte mis brillantes iniciativas, ¿cuál es la conclusión obvia, la que cae de maduro? ¿Que yo estoy equivocado? Por favor, no me hagan reír que trago aire y me vienen gases. No cabe otra explicación, la negrada es demasiado ignorante para saber lo que le conviene.
La gente de a pie es demasiado imbécil para tener el derecho de voto.
¿La solución? Hay que terminar con esa manía de manifestar la voluntad popular cada tantos años. La gravedad de la situación así lo amerita.
Debemos pasar a un sistema autocrático, en el que el destino de la Humanidad esté a cargo de una elite de iluminados (entre la que, casualmente, me encuentro).
Lo que cambia es la excusa, el proyecto es el mismo de siempre: comunismo, socialismo, fascismo, o como prefieran llamarlo.
Ahí lo explica bien clarito. Todavía no evolucionamos al punto de ser lo suficientemente inteligentes para darnos cuenta del problema.
ReplyDeleteEs un problema evolutivo nada más. Nosotros venimos a ser una subespecie inferior.
Este tipo por lo menos es honesto y pierde el tiempo con falsos pudores.
ReplyDelete"No pierde el tiempo".
ReplyDeleteTá bien, que vengan los extraterrestres y se hagan cargo del planeta...
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