Lo de siempre, los argentinos no toleran una baja nominal de los salarios - si cobro tres mil pesos tengo que seguir cobrando tres mil pesos - pero aparentemente la caída del salario real no les genera las mismas resistencias.
¿Se avivarán algún día? No creo. Sarna con gusto no pica:
Queda claro, entonces, que una cosa es el discurso progre de no al ajuste y la solidaridad social, y otra muy distinta los efectos concretos de las medidas que aplica el gobierno. Emite moneda licuando los salarios reales, particularmente los del sector público (salvo los que no tienen que pagar ellos como los salarios docentes) y de los jubilados y se hace de más pesos vía la inflación. Recauda más impuestos nominales sobre el impuesto inflacionario. Si este tipo de ajuste es de por sí salvaje, es doblemente salvaje aplicarlo con una economía cerrada y sin inversiones.
Lamentablemente, acá esas cosas solamente las dice Cachanosky. Nadie más se preocupa por el ajuste real de la inflación y el gasto.
ReplyDeleteLo triste es que nada se ha aprendido con todos los desastres que han habido con la inflación.
ReplyDeleteLos argentinos no hemos aprendido nada, las ideas son las mismas que las de 1985.
De acuerdo con todo, pero la inflexibilidad salarial es precisamente el núcleo duro de la solución Keynesiana y la que motiva la solución inflacionaria. Como los salarios no bajan nominalmente, hay que devaluar la moneda (esto es generar inflación) para que la baja se produzca "con anestesia". Con esto quiero decir que la inflexibilidad salarial no es solo un capricho de los gauchos de estas pampas sino una tontería muy afianzada en casi todo el mundo.
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