Matar a la vaca de los becerros de oro, toda una hazaña
Los que nos decían hace 4 o 5 años que tenemos el derecho a comer toda la carne barata que querramos ("la carne es patrimonio de los argentinos, a precio que podamos pagar los argentinos") ahora nos recomiendan comer merluza. La historia se repite, como la veda de carne de Campero durante el gobierno del prócer de Alfonsín, como la caja PAN con pescado.
Los mismos populistas salvajes, montados sobre los hombros de un pueblo ignorante, resentido y extraordinariamente conservador, han matado a la vaca de los becerros de oro, algo que parecía imposible, algo que requería del pueblo más obtuso del planeta.
Por supuesto, cuando estos genios se reúnen, lo hacen durante un asado (y no un asado de merluza). "Pescado para todos" era para todos menos los políticos, por supuesto.
¿Y qué es lo peor? Que la gente le echa la culpa al gobierno por la suba de los precios, pero no por emitir pesos, sino por no ser más duros con las prohibiciones a las exportaciones y con la limitación a las "ganancias extraordinarias" de los productores.
Igual, no importa, con un poco de suerte, Ricardo Alfonsín será el nuevo presidente y vendrá la veda de carne, impuesta quizás por un hijo de Campero. La veda de Campero fue por la razón opuesta. Vale la pena leer esto. Esta es la "oposición". Esto nos espera. Sigue un extracto:
No tuvimos alternativa por la propensión marginal al consumo de nuestra población en donde la mejora de los ingresos iba al consumo de carne impactando en los precios y en el nivel de inflación. Eran épocas de record de consumos de carne en la serie histórica y el rodeo se había disminuido durante la dictadura. Una medida impopular que generó un gran costo a mi gestión aún cuando logramos el efecto esperado. El resultado de la Misión fue exitoso por las exportaciones aseguradas, inclusive a Cuba con un nuevo sistema de créditos que estimuló las exportaciones regionales y de servicios asegurando cobrarse por un sistema revolving.
Hay un efecto todavía más fuerte sobre la percepción de la garne cuando hay inflación de todos los productos. La gente a medida que pierde poder adquisitivo compra MÁS carne vacuna, porque es una fuente de proteína imbatible, especialmente para el que tiene que realizar laburo físico. Si vos tenes 100 pesos para comer en un día te podes dar el lujo de comprar pescado, verduras, carne, un poco e todo. Si tenes 20, que vas a comprar? pescado? lechuga? te los gastas todos en carne y fideos. Por eso a la mayoría que suba el pescado o el tomate es tolerable, pero que suba la carne está muy cercano a no poder comer. Todo obviamente fomentado por los sueldos miserables de la economía QUE sON SOSTENIBLES SOLO GRACIAS AL PRECIO RIDICULO DE LA CANE. ES un circulo económicamente aplastante.
ReplyDeleteSobre eso va como corolario que todo el mundo cree que la mayoría de los argentinos come solo carne por gusto. La mayoría de los argentinos come solo carne porque si gastaran la poca plata que tienen en otros alimentos se morirían de hambre. Si vos te gastas un plan trabajar entero en la carne más barata que encuentres y haces changas para agregarle unos fideos, papa o arroz todavía vas a tener una alimentacion mejor que la de muchisima gente de bajos ingresos en cualqueir parte del mundo. Sorpresa, la mayoría de la gente en Argentina no come carne porque es loca, come solo carne de vaca porque es pobre. Y como buen pobre reconoce perfectamente cual es el producto que le da más alimento por peso.
ReplyDeletePor desgracia no me queda otra que concluir que la carne barata además de ser un pésimo negocio para el productor es un aliado fuertísimo para políticas económicas desastrosas. Obviamente por eso NO PUEDE SUBIR.
Eso de tener a la carne de vaca como alimento de los pobres es una locura que no pasa en ningún otro país, salvo Uruguay.
ReplyDeleteLa carne barata ya es una religión en Argentina.
ReplyDeleteNos burlamos de las declaraciones de Kirchner, y con razón, pero no son más que el reflejo de la mayoría de los argentinos, no sólo de los pobres. La idea del "derecho" al asado barato llega desde el más misérrimo argentino hasta al más rico.
De todas formas, lo que más me asombró fue que Ricardo Campero sigue vivito y coleando, tiene un blog y expresa las mismas ideas que ya eran retrógadas a morir en los ´80s.
Digno reemplazante para Moreno cuando llegue al poder la "oposición".