Los analistas políticos de la provincial están en estado de shock porque Pauline Marois, la líder del Parti Québécois, dijo públicamente hace unos días que es partidaria de que las personas de Québec se vuelvan más ricas y prósperas, en lugar de que lo haga el gobierno.
Horror de los horrores.
El grado de estatismo de esta región es tan grande que cuestiones tan de base como esas de boca de un político local producen un revuelo de aquellos.
Pero nadie se hace ilusiones. Se trata de una movida barata para tener con qué atacar al Partido Liberal que tiene que presentar el proyecto de presupuesto en estos días y van a proponer aumentos de impuestos para tratar de achicar en algo el déficit.
Recortar gastos es una imposibilidad absoluta, en gran medida debido a la tendencia del PQ a gastar la plata de los contribuyentes como si se tratara de billetitos de bolsita sorpresa de cumpleaños.
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