May 1, 2010

Italianas que nunca he visto


La gran repercusión que tuvo entre los lectores y cobloggers el video de Mike@ sobre Melita (ese video que enseña cómo evitar el ruido del goteo de una canilla) no me sorprendió, dado que siempre es útil aprender cómo solucionar ese tipo de problemas. Pero me llamó la atención un comentario del amigo Rothbard en el que se preguntaba "Dónde están esas tanas?? No me crucé ni una así."

Aunque no tengo el gusto de conocer personalmente a Rothbard supongo que es bastante más joven que yo, pero su comentario me corroboró algo que ya intuía: los verdaderos interrogantes fundamentales de la vida de un hombre no han cambiado desde mi juventud.

La pregunta de Rothbar tiene un ilustre antecedente histórico: ¿Dónde están esas tanas? se preguntaron los romanos y se fueron a raptar a las Sabinas y todos sabemos lo que vino después.

Ese interrogante desgarrador surge desde el fondo del alma masculina ante la existencia de mujeres como Melita Toniolo o como Sara Tomassi (la de las fotos de arriba), pero se aplica a sus equivalentes femeninas de cualquier país del mundo (sean amplios, hay gustos para todo, los esquimales están convencidos que sus mujeres están tan buenas que se las ofrecen a los visitantes. Tal vez será por esa costumbre que han vivido aislados y con pocas visitas).

El caso es que las señoritas de esta especie existen realmente (Cogito, lamento informarte que no son dibujos) pero, al igual que las hadas y los elfos, son difíciles de ver para los hombres comunes. Suelen abrevar en lugares donde abunda el champagne Krug, se alimentan de ensaladas (aunque las tanas me parece que no le hacen ascos a las pastas), y matizan con caviar y langosta. Se dejan ver en desfiles de moda de Haute couture en Milán, Roma, París, Londres o New York, y también se las ve en fantásticas fiestas en las cuales los hombres comunes normalmente no participan, salvo como camareros.

Pero, con un poco de suerte, los hombres comunes las pueden encontrar bajando de espléndidos coches (bajando ellas, quiero decir. Si es uno el que baja de un Lamborghini, no es un hombre común) para entrar a Harrod's o a alguna boutique del Fauburg Saint Honoré, aunque es cierto que se las pueden cruzar por la calle (no precisamente en Isidro Casanova ni en Happaloosa), pero es probable que no las reconozcan porque usan un camouflage de simples mujeres con jeans y camisa, sin maquillaje y atrás de enormes anteojos de sol. El observador agudo no dejará de notar que todo lo que lleva, zapatillas incluídas, son carísimas y de marca.

Las señoritas de este calibre suelen elegir como compañeros sexuales a actores, pilotos de Fórmula Uno, jugadores de fútbol consagrados, cantantes o músicos famosos y poderosos productores televisivos o del cine. Salvo en el caso de los productores de cine o TV y de los cantantes o músicos (donde lo que las atrae, imagino, es el talento creativo de los tipos), en los demás casos se trata de hombres que gozan de un muy buen estado físico. Es lógico, las hembras de toda especie siempre eligen los machos más aptos para preservar la especie y alimentar a la progenie. (En Italia, también se vinculan con políticos, aunque parecería que duran poco tiempo porque los políticos no disponen de tiempo para perderlo en pavadas y, además, suelen estar casados y ya se han reproducido).

Algunas de ellas, seguramente aquellas que tienen un Edipo mal resuelto, eligen a hombres mayores, pero multimillonarios y exitosos. En este caso nos encontramos nuevamente con la instintiva preocupación de la hembra de asegurar el sustento de la progenie mediante un macho poderoso.

Sin embargo, estas señoritas cargan con una terrible cruz. Creen que los hombres se les acercan por su belleza o por su cuerpo y que nunca lo hacen por su intelecto, su simpatía o por su calidad humana. Lamentable error del que es difícil sacarlas. (Confieso que, cuando me lo contaba una de ellas, me resultó muy difícil entender esa cruz porque a mí las mujeres nunca se me han acercado ni por mi belleza ni por mi cuerpo, simplemente lo han hecho por error o porque eran turistas).

No descarto que algunos espíritus limitados masculinos no se percaten de la calidez de la sonrisa o o de la intensa alegría de los ojos de Sara, que hablan claramente de las profundidades de su alma, y que solamente reparen en la belleza de sus orejas, pero trataré de seguir encontrando italianas que sigan movilizando las grandes cuestiones de la vida del hombre para poder compartirlas con Uds.

Es un duro trabajo, pero el Opinador está al servicio de la comunidad.

10 comments:

  1. Signore Enmascarado, come sempre, il suo è un vero capolavoro.
    Grazie mille!

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  2. Me quito el sombrero, Don Masked Man. Ahora bien, eso que usted escribe :

    "el video de Mike@ sobre Melita"

    puede prestarse a malas interpretaciones.

    Una alternativa hubiera sido :

    "el video de Mike@ bajo Melita".

    Forza Italia !

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  3. Tante grazie, carissima Fiura.
    Como siempre, muy amable su comentario.
    Entre nosotros, Ud. es encantadora, es obvio para todos los que leemos sus comentarios, y ¿no será una de esas italianas?

    Louis, muchas gracias y me imagino que te habrá gustado la mirada de Sara.

    Mike@, agradezco que te destoques por mi post y coincido en que mi frase se presta a interpretaciones equívocas. Pero, entre nosotros, bajo, sobre o al costado de Melita igual se debe estar fenómeno, ¿no?

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  4. E... Chi lo sa? Ma se è così, io lo nascondo molto bene... ;)


    PS: Gracias por los halagos!

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  5. puta...yo siempre fui un tronco para el juego del balonpie...

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  6. Un gran post. No se podía esperar menos de tu pluma; Enmascarado.
    Leyéndolo recordé una anécdota que me contaste hace unos años acerca de una espléndida mujer con la que entraste a La Biela y un parroquiano le comentó a otro “Mirá la mina que tiene el flaco ese”; creo que tu respuesta fue algo así como: “Viste; ni yo lo puedo creer”
    En cuanto a Italia, sabés que viví cuatro años en Roma así que vi a más de una señorita como las de las fotos.

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  7. Buenísima la anécdota que cuenta Carlos, muy del estilo Enmascarado, tipo viajado y de mundo si los hay.

    Pero con un déficit: no ha recorrido Rosagasario, donde minas como esas sobran. Uno es local y se acostumbra, pero cuando uno viaja se extraña el paisaje.

    Ojo, dije que sobran, no que te den bola.

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  8. Carlitos: ¡Ja,Ja,Ja! Tenés buena memoria y es absolutamente cierto que el primer sorprendido era yo.

    Rubén: Rosario tiene una gran población descendiente de italianos, así que no me sorprende que haya muchas chicas espléndidas, pero el problema es que no dan bola. Ese es el segundo interrogante importante del hombre: ¿Cómo lograr que te den bola?

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  9. Vengo del super y te puedo decir que me crucé con tres mujeres de esta categoría. Y para elegir: una de 20, otra de 30 y la más polenta de 40 y pico.

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