May 14, 2010

Justicia divina


Este post va dedicado a la Sarita Paz Cossio Torre, mi amiga Opus Dei en Tucumán, que supo darme lecciones de antiamericanismo desde temprana edad. Ella solía decirme que Estados Unidos es un país que tiene un objetivo solo: erradicar el catolicismo del mundo. Hace rato que no la veo a la Sarita, pero me gustaría contarle que al final me terminé mudando a Estados Unidos. Y con los años, me tocó ver el sistema de adentro.

Un litigio en Estados Unidos se resuelve en la mayoría de los casos con el veredicto de un jurado. Esta garantía impuesta por la Constitución tiene sus defensores y detractores, como toda institución. Sin entrar en las virtudes o los vicios de tal sistema, siempre me llamó la atención lo bien que se aplica un principio derivado de la garantía: que los pares que te van a juzgar sean representativos de la comunidad en la que vivís. Así, en un típico juicio en Beverly Hills, la mayoría de los jurados son jovatos blancos o judíos, en un juicio en El Cajón, California, la mayoría son latinos, en uno en Monterey Park asiáticos, y así. Para cada juicio se llama a unas 100 personas y el trabajo de los abogados el primer día del juicio es eliminar a todos aquellos que les parece tienen algún prejuicio que les impedirá "hacer justicia".

Tal principio no se aplica a los jueces. Si bien la diversidad es un factor importante en los hechos a la hora de nombrar jueces, no se puede atacar un nombramiento o a la composición de una corte por esta cuestión. Por qué? Porque partimos de un principio democrático fundamental a la hora de elegir los jurados: todos somos iguales ante la ley y todos tenemos los mismos derechos sin importar el origen, la fortuna, o el grado de educación. Sin embargo, para nombrar jueces partimos de un principio muy diferente: la meritocracia, no la democracia, es la que manda en este campo.

Quieren evidencia de que una corte no debe necesariamente representar a la comunidad en la que se desenvuelve?

La Suprema Corte de Justicia del país viene a la mente. Con la salida de John Paul Stevens, el tribunal superior se queda sin un protestante. De los nueve miembros, seis son católicos y tres judíos (de ser confirmada Kagan). Numerosos estudios han tratado recientemente el fenómeno de los católicos como fuente importante de buenos jueces en Estados Unidos.

Se conformará Sarita con saber que en el país en el que los católicos representan el 22% de la población tienen una representación mucho mayor en la rama judicial? una representación del 66% en la Corte Suprema?! No. Para Sarita, este es un país anti-católico porque claramente... cómo lo van a juzgar al Vaticano? Cómo se atreven?

Y la verdad, yo también estoy medio enfurecido. El juicio empieza junto con el mundial, no voy a tener tiempo para nada más el mes que viene.

5 comments:

  1. Ah, OK, pero en realidad se trata de católicos renegados, protestantes disfrazados.

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  2. perdon que este descolgada, pero de que juicio al Vaticano estás hablando Rarmiro? he estado taaaan ausente que me perdí algo jugoso?

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  3. Hace rato que anda dando vueltas:

    http://online.wsj.com/article/SB10001424052748704247904575240601610420246.html?mod=WSJ_World_MIDDLENews

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  4. es que yo hace rato que estoy desconectada porque empece laburo nuevo, vinieron mis padres de visita y estamos en el ultimo mes del año escolar con toda la maraton que lo acompaña....

    gracias por el link!

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  5. Si hay algo más triste que la izquierda argentina, es la derecha argentina.

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