May 13, 2010

Yo honestamente

No sé cómo se sale de la situación de inseguridad en Argentina.

Seguramente hay mucho para avanzar con la profesionalización y municipalización de las fuerzas de seguridad y dejando de lado el enfoque de “delincuentes como víctimas”, pero si no se sale de la situación de anomia generalizada es medio al cuesco.

3 comments:

  1. El problema argentino es que, desde 1983 no hay política criminal en serio... O sea, no hay política criminal... Nadie se puso a idear una estrategia para reducir la estadistica. Ni la cifra negra, que es lo peor, porque marca la desconfianza de la gente en la policia y la justicia. Solamente aumentaron algunas penas... como si ello importara.


    Hay un debate muy importante, que tarde o temprano tendra que llevarse a cabo... Y no, solamente aquí. Sino en todo el mundo.
    Hasta ahora el sistema de sancion penal, entiende que la pena privativa de la libertad, tiene un único fin... la resocialización del reo. Minga!
    Esta corriente ya fracazo hace añares. El problema es que la hipocresía del ser humano no permite reconocerlo abiertamente. Las carceles son meros depositos.

    Para un humilde salamín como yo... Hay que reconocer oficialmente que las carceles son para depositar a los indeseables de la sociedad; ya que son peligrosos... punto!

    Otro es, mas que nada aquí... No puede ser que sean mas importantes los derechos de un sorete de 15 años que anda matando gente por 10 mangos, que el de un pobre almacenero que se rompe la espalda laburando honestamente...

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  2. Acá en Rosario estos días fue noticia que en Barrio Echesortu, en la zona oeste de la ciudad, otrora tranquila y bien de barrio -donde, vaya sea de paso, yo viví un tiempo hace 15 años- el municipio va a instalar un sistema de cámaras de seguridad sobre la calle mas comercial del barrio para disuadir y prevenir los robos. Los vecinos están de acuerdo pero piden mas policías.

    La única vecina que me pareció sensata es la que pidió condenas mas ejemplares y duras contra los delincuentes. Es la única manera de cortar con la inseguridad.

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  3. Desde 1983, se hicieron continuas "purgas" en la policía, se la descabezó, y sin embargo, en casi treinta años, no se la pudo mejorar. Pretender que gobernantes cuyo único fin es seguir en el poder y gozar de sus beneficios, se preocupen con sinceridad en resolver el problema de la seguridad, es pedir peras al olmo.
    Más bien habría que pensar en algo similar, en este tema, a la intervención económica que propuso Rudy Dornbusch hace años por nuestra incapacidad de organizar un Estado, lo que es inimaginable que sea aceptado.
    Quien quiera cambiar lo que existe, tendrá que pensar en un “empezar de nuevo". Ir creando, aunque lleve tiempo, una nueva policía, con nuevas escuelas, con otros enfoques, y lograr la colaboración de otros países en implementarla –si irrita pedirle ayuda a USA, podría ser de algún país europeo mas “aceptable”.- Habría que destinar en el presupuesto, recursos adecuados para pagar buenos sueldos, que permitan al policía vivir dignamente, y no “tentarse” como ahora, en actividades nonc santas, y para equipamiento moderno. Quienes las dirijan deberían ser cada vez más técnicos, y tener el apoyo para reprimir ante toda manifestación de delito, prevenirlo o investigarlo. Ningún enfoque social puede justificar frases como las que ahora escuchamos, de no “reprimir la protesta social” o no reprimir la pobreza. Lo social se combate con políticas sociales, pero el delito no se puede permitir ni justificar, ni quedarse a la espera que mejore la cuestión social. El orden es básico en toda sociedad. También habría que ver de armonizar las distintas policías (federal, provinciales, Gendarmería, etc), en esto nos aventajan los chilenos, que al ser un país unitario, tienen por todos los lados un dolo personaje, el carabinero. La coordinación es fundamental. Tampoco hay que tener miedo a utilizar el Ejército, como lo hizo Chile durante los saueos del terremoto. Han pasado muchas décadas, y no puede seguirse con desconfianza sobre su civilidad, La mano de obra ociosa de decenas de miles de soldados, pueden utilizarse para patrullar calles y tantas otras tareas. En fin, son muchas las cosas que podrían hacerse … si se quisiera hacerlas …

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