Muy preocupante la falta de fe de La Nación

Sin duda, una campaña sucia:

Probablemente en esta política suicida puedan encontrarse varios motivos, aunque todos en oposición a una sana gestión de gobierno. Hay, sin duda, cuestiones ideológicas que afloran en el discurso oficial y de los grupos de intelectuales o militantes que le dan soporte. También se ataca el rol del capital privado y de la inversión extranjera por mero populismo y demagogia. Hay, por otro lado, presiones sindicales que tradicionalmente han preferido depender y negociar con el Estado antes que con el sector privado. Y, por último, están los casos en los cuales desde el Gobierno se busca ahogar a una empresa para forzar a sus dueños o concesionarios a cederla a un grupo afín a la fracción gobernante. Este modus operandi normalmente provoca una depreciación de los activos de la compañía con el fin de favorecer su compra por los amigos del poder político o por el propio Estado.