Jul 27, 2010

Elites


El maestro Thomas Sowell, vale la pena seguir explicándolo, aunque yo creo que es medio al fart:

Many of the wonderful-sounding ideas that have been tried as government policies have failed disastrously. Because so few people bother to study history, often the same ideas and policies have been tried again, either in another country or in the same country at a later time-- and with the same disastrous results.

One of the ideas that has proved to be almost impervious to evidence is the idea that wise and far-sighted people need to take control and plan economic and social policies so that there will be a rational and just order, rather than chaos resulting from things being allowed to take their own course. It sounds so logical and plausible that demanding hard evidence would seem almost like nit-picking.

3 comments:

  1. Como siempre, muy acertado. Pero en Argentina es más grave: un estudiante aplicado de la escuela secundaria -y peor aún, un buen alumno de la Universidad- sí estudia historia, pero no historia económica en serio.
    Mi hijo menor, de 16 años, alumno de un colegio privado, tiene como libro de texto "Una historia para pensar. La Argentina en el largo siglo XIX" (Editorial Kapelusz). La fuente más frecuentemente citada es Eric Hobsbawm, un viejo marxista inglés.
    No estoy en contra de que se lea también textos marxistas -creo que en una edad mayor- pero no que a instancias del Ministerio de Educación, se los imponga como contenidos obligatorios.
    Por supuesto, esos libros me obligan a dar a mi hijo la otra versión de la historia, pero lo lamentable es que en Argentina un joven estudioso lo probable es que termine contagiado de la ideología progre, porque es casi la única oferta cultural disponible, ante el fomento por el gobierno de ella, y la autocensura de quienes no son de izquierda, o siéndolo, tienen un pensamiento más matizado.

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  2. Como siempre, muy acertado. Pero en Argentina es más grave: un estudiante aplicado de la escuela secundaria -y peor aún, un buen alumno de la Universidad- sí estudia historia, pero no historia económica en serio.
    Mi hijo menor, de 16 años, alumno de un colegio privado, tiene como libro de texto "Una historia para pensar. La Argentina en el largo siglo XIX" (Editorial Kapelusz). La fuente más frecuentemente citada es Eric Hobsbawm, un viejo marxista inglés.
    No estoy en contra de que se lea también textos marxistas -creo que en una edad mayor- pero no que a instancias del Ministerio de Educación, se los imponga como contenidos obligatorios.
    Por supuesto, esos libros me obligan a dar a mi hijo la otra versión de la historia, pero lo lamentable es que en Argentina un joven estudioso lo probable es que termine contagiado de la ideología progre, porque es casi la única oferta cultural disponible, ante el fomento por el gobierno de ella, y la autocensura de quienes no son de izquierda, o siéndolo, tienen un pensamiento más matizado.

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  3. El problema argentino es cultural, una cuestión de valores. La solución puede pasar por la educación, siempre y cuando deje de contribuir al problema perpetuando los mismos valores resistentes al desarrollo de siempre.

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