Bueno, el nivel de absurdismo del mundo ha alcanzado una intensidad tan brutal, que intentar refutaciones lógicas o más o menos racionales para mí ya es una pérdida el tiempo.
Mejor que confrontar, lo más adecuado -me parece- es contraponer un absurdo mayor, basado obviamente en las premisas del anterior.
Algo de eso hice aquí, donde no fue mi intención meterme de lleno en el tema del aborto, sino señalar que la idea de su gratuidad implica un absurdo adicional.
Por supuesto que cualquiera me puede decir que comparar el tema del aborto con el deseo de tener un plasma está mal y que en realidad lo que yo estoy haciendo es ridiculizar.
Es posible.
En el fondo, el tema del aborto no me preocupa mucho, pero sí me da un no se qué saber que se financiará con mis impuestos, y que será gratis incluso para aquellas que lo pueden pagar.
No obstante, sin entrar en consideraciones de fondo, o sea evitando cualquier confrontación, pienso que las leyes aunque sean injustas deben tratar de ser siempre equitativas.
Si la sociedad considera que el aborto debe ser legalizado, realizado en los hospitales públicos como una prestación más, y por lo tanto gratuito, no tiene mucho sentido que yo me complique la vida con una discusión estéril, porque las he tenido antes, no sirvieron para nada, y ya me cansé de eso.
Así que con mis mejores intenciones voy a hacer una propuesta que apuntará solamente a mejorar esa ley, quiero decir a intentar perfeccionarla.
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Por razones biológicas, cuando una mujer decide hacerse un aborto y se somete al mismo, de una forma u otra termina rápidamente con el problema, para bien o para mal.
Y si queda un poquito deprimida... algún día se le pasará.
Yo no conozco a nadie que después de hacerse un aborto se haya suicidado, así que tampoco es momento de exagerar, y creo que el plan incluye asistencia psicológica si es necesario, así que al final todas contentas.
Supongo que hasta ahora estarán de acuerdo conmigo.
La cosa cambia cuando una mujer decide no hacerse el aborto.
Porque en esos casos le esperan 9 meses de gestación, el parto, millones de mamaderas, pañales, la crianza, la educación, el vestido, el cuidado de la salud, sufrimientos, y un montón de esfuerzo y dinero hasta que la criatura crezca y pueda ser autónoma.
Parece indiscutible que decidir no abortar implica para la mujer un esfuerzo inconmensurablemente mayor, y durante muchos años.
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Mi propuesta entonces es que, por razones de estricta equidad distributiva, la cunita, los biberones, los pañales, los juguetes, la ropa, los útiles escolares, etc, etc, y todo lo que se requiera para transformar al recién nacido en un adulto responsable, también sea gratis.
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Creo que es una idea demasiado audaz, imaginar que un gobierno socialista tenga como objetivo promover adultos responsables!
ReplyDeletePero sí que todas las cosas que mencionaste serían "un derecho inalienable y una conquista social infantil"...
(nota mental, guardar una copia del comentario enviando por si falla)
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