Muy interesante el caso de Mendoza.
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Parece que en un confuso episodio, una bala en la cabeza provocó daños muy severos e irreversibles en la pobre víctima.
Hasta aquí, y con suerte, un típico caso de lesiones gravísimas culposas.
Después llegaron los del Incaimen - Incucai, a la pobre mujer la consideraron muerta a los fines del transplante, y la vaciaron.
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El juez, finalmente, en una sabia decisión, se negó a considerar la causa como un 'homicido'.
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Cualquier parecido con lo que se resolvió en el reciente caso de la salidera bancaria, y el trágico fallecimiento del recién nacido, es una coincidencia.
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Raquel Reznik
http://www.youtube.com/watch?v=Sp-pU8TFsg0
ReplyDelete(Advertencia: no apto para estómagos delicados)
ReplyDeletePara los causalistas, la culpa del adulterio es del carpintero que fabricó la cama.
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