Primera pregunta: ¿cuál es el problema con que ciudadanos y/o residentes de Brasil, o cualquier otro país, compren empresas y/o campos en Argentina?
Segunda pregunta: ¿lo que pone hecho unos basiliscos a millones de argentinos que adhieren a los sagrados preceptos del nacional socialismo son las inversiones extranjeras a secas o las inversiones extranjeras que provienen de países que tradicionalmente representaron la modernidad?
Es un tema emocional. Los mismos que critican que los nazis "ganaron" en Suecia con el 5.7% están a favor de restringir las compras de tierras a extranjeros.
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