Interlocutor progre quebeco circunstancial, de gran sensibilidad social: “Me voy 15 días de vacaciones a Cuba. Vuelo y hotel 5 estrellas todo incluido por 600 dólares”.
Un servidor: “Me alegro, qué lindas deben ser las playas. Pero honestamente no disfrutaría del viaje sabiendo que contribuyo a sostener uno de los últimos regimenes estalinistas del planeta”.
Interlocutor progre quebeco circunstancial, de gran sensibilidad social: “Pero no, al contrario, lo hago para ayudar a los pobres cubanos de a pie”.
Un servidor: “Ah, OK”.
Como ir de visita al zoológico.
ReplyDeletePorque les gusta ir a observar a todos los animales en ese mundo prefabricado de falsa perfección y con la que se autocomplacen pensando "en sus hábitats anteriores a estos bichos les iría peor, acá no se tienen que preocupar por conseguir comida y tienen a alguien que los cuida y que los cura".
Pero no porque piensen ni por un segundo que les gustaría a ellos vivir en jaulas, faltaba más (aunque, no obstante, ese detalle suela escapárseles de la conciencia).
JL
Lo absolutamente inaceptable en Québec, perfectamente normal en Cuba.
ReplyDeleteEse último comentario ameritaba, con cartel de neón y todo, un grnadísimo: WTF?
ReplyDelete¿Cuál, Fernando?
ReplyDeleteMe gusta tu reflexión final: "Ah, OK".
ReplyDeleteComo diciendo: "Hasta acá llegamos, no tiene sentido seguir gastando energía en una discusión que seguramente será inútil".
Si ayudar a los cubanos de pie y a las cubanas acostadas.
ReplyDeleteLapidario lo suyo, H.
ReplyDeleteEse señor es un hipócrita, todos sabemos que no hay pobres en Cuba.
ReplyDeleteNéstor, ¿qué más se le puede decir?
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