Por supuesto, la bola sigue girando en la ruleta, pero le pongo unas fichas a que a la mina esta la despedaza la tiburonada. El capanga era el Néstor. Cristina dignifica, pero nada más. Veremos.
Jorge, muchas gracias. Versazos los de Eliot y sí, para esconderlos en los ataques de melancolía, junto con cualesquier elementos punzocortantes.
Espero que sea así, JL. Me temo lo peor.
ReplyDeleteMaravilloso poema..es una oración para leer en un día melancólico en un entierro...bien elegido/
ReplyDeletePor supuesto, la bola sigue girando en la ruleta, pero le pongo unas fichas a que a la mina esta la despedaza la tiburonada. El capanga era el Néstor. Cristina dignifica, pero nada más. Veremos.
ReplyDeleteJorge, muchas gracias. Versazos los de Eliot y sí, para esconderlos en los ataques de melancolía, junto con cualesquier elementos punzocortantes.
JL