Alejandro Rozitchner sobre una de las pasiones nacionales y populares:
La pasión por mirar la vida ajena, y alienarse en esa contemplación, tiene que ver con no querer o no poder vivir en el nervio de la vida propia. Así nace la obsesión crítica que parece paralizar incluso mucho de lo posible en la política nacional. Un principio para captar esta idea es el siguiente: uno habla mal de los demás cuando todavía no logró hablar bien de sí mismo. Hablar mal del otro, llevado por los celos, por la envidia, o por una mal planteada rivalidad política, es no haber encontrado la puerta para entrar en la realidad real, la que nos pone, como individuos activos, en el centro de la escena.
Louis, hay un programa de la radio Ondacero (no precisamente de izquierdas) conducido por Julia Otero donde se realizó un debate acerca de cuál era la principal característica (negativa) de los españoles. Las opciones a discutir fueron si era la envidia o el resentimiento.
ReplyDeleteNo me acuerdo de todos los participantes porque fue hace tres años, pero uno de ellos era Pilar Rahola. Las opiniones quedaron divididas, pero nadie negó que entre ambas estaba la principal.
Parte del altísimo endeudamiento individual en el que han incurrido muchos españoles en los años de bonanza, se explica porque muchos no pudieron soportar que el vecino tuviera un coche mejor o hubiese comprado un piso.
La envidia y el resentimiento son parte de la naturaleza humana, pero en algunas sociedades ocupan un lugar más importante y no funcionan como un motor de un mayor esfuerzo para alcanzar un logro personal, sino para joder al vecino.
Suelen ir acompañados de la creencia de que el otro no se merece lo que tiene porque no se lo ha ganado sino que lo ha obtenido por acomodo (enchufe) o ilegalmente. Lo peor es que en sociedades, como varias que conozco, esta creencia suele ser correcta.
Don Enmasca, por acá hay mucha gente con mucha envidia y resentimiento por el resto del Canadá, mucho de complejo de víctima. Pero no los paraliza como en Argentina.
ReplyDeleteLouis, en estos temas soy medio seguidor de Max Weber, creo que tiene mucho que ver la ética protestante y la cultura del trabajo y del esfuerzo en contraposición a la mentalidad católica.
ReplyDeleteObviamente, envidiosos y resentidos hay en todo el mundo, sin importar que profesen o no alguna religión, pero sin ser deterministas en general las sociedades protestantes valoran y propician el desarrollo personal.
Don Enmasca, comparto, pero ojo que acá en Québec son católicos.
ReplyDeleteun conocido me dijo una vez, que lo que hace la diferencia es el clima
ReplyDeleteSeguramente tiene que ver, pero yo creo que es una cuestión de valores, de la manera de encarar la vida.
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