Me hace acordar a la de los españoles con esa institución.
Hasta la “revolución tranquila”, fines de la década del 60, la Iglesia Católica regía casi todos los aspectos de la vida del quebeco de a pie. Desde la salud hasta la educación, pasando por los registros de población y la cantidad de hijos que debían tener.
Después de la “revolución tranquila”, se fueron para el otro bando y ahora la mayoría dice detestar al catolicismo. Las iglesias se reconvierten en restaurantes y departamentos porque no las pueden mantener, las peores malas palabras tienen que ver con la terminología religiosa: tabernáculo, hostia, cáliz, etc.
Pero, a la hora de los bifes, pesa más la tradición.
El tema del momento en estos días fue la canonización de un religioso quebeco, con miles de personas que viajaron a Roma para la ceremonia.
En fin.
ehhh, no vas a desperdiciar una canonizacion por unos puercos principios, no?
ReplyDelete