Cuando se termine la plata, los argentinos deberán volver a cuestiones que consideran de muy mal gusto, muy poco de caballeros, como la asignación más eficiente de recursos que son, por definición, escasos.
En ese momento, valdrá la pena seguir machacando con lo de la descentralización. Lo ideal es que los servicios públicos - como la seguridad, educación, salud - sean prestados por el nivel de gobierno más cercano a los ciudadanos de a pie. En el caso argentino, el municipal.
Caos! Si ni siquiera cortan el pasto! Cada intendente incapaz hay!
ReplyDeleteAnónimo, en el sistema actual, que de federal sólo tiene el nombre, los gobernadores e intendentes son poco más que delegados del gobierno nacional. Las soluciones mágicas no existen, pero transfiriendo responsabilidades y terminando con el sistema de coparticipación federal, tendríamos sorpresas muy interesantes.
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