Transvestite at a drag ball, N.Y., 1970 - Diane Arbus |
En base a este post de Andy de ayer, y a los comentarios que sobrevinieron, me acordé de este artículo de Hanglin en La Nación, que sería interesante dárselo a leer a los desorientados que hicieron el videíto.
Insisto, como acoté por ahí: si se cruzaran con un Santucho o una Arrostito de los de verdad de aquellos tiempos, este rebaño de edulcorados evacuaría los intestinos instantánea e involuntariamente sin tomarse la molestia de sacarse los lienzos antes.
Los cuatro o cinco párrafos finales de Hanglin son muy buenos y hablan del travestismo que ostenta esta gente de cara basáltica.
Lo colgué cuando salió publicado originalmente, es muy bueno:
ReplyDeleteAlgo debo decir para completar estos recuerdos: cuando éramos fervorosos militantes de izquierda, nunca nos interesaron los Derechos Humanos. Eran prejuicios burgueses. Eran principios que debíamos violar uno por uno, si pretendíamos realizar una verdadera revolución social con paredón, fusilados y eliminados. Aspirábamos a ser combatientes, no ciudadanos correctos de la democracia burguesa. La democracia nos parecía una estafa y un vil negocio de "marketing".