Todavía hace falta explicar que estos siete años de socialismo nacionalista fueron un fracaso monumental:
Argentina, que en la primera década de 1990, durante el proceso de privatización y desregulación económica, competía con México y Brasil en la captación de inversión externa directa, recibió en la primera mitad de 2010 apenas 1/4 de las inversiones que llegaron a Chile, 1/2 de las que fueron a Colombia y poco más de la mitad de las que fueron a Perú. Es difícil encontrar una respuesta a este llamativo fenómeno que no sea el factor K.
Pero uno no quiere que el país atraiga inversión externa por una cuestión ornamental o de status internacional. Lo quiere porque implica capitalización, mayor productividad laboral y mayores salarios. En otras palabras, un mayor PBI per cápita. Cuando se comparan las relaciones entre el PBI argentino y los PBI de países vecinos a fines de la década de 1990 y en 2009, dan ganas de llorar.
Hace poco más de diez años, el PBI argentino era 20 veces el uruguayo, 4 veces el chileno, 40% del brasileño y 1% del mundial. En 2009, el PBI argentino fue 10 veces el uruguayo, 2 veces el chileno, 20% del brasileño y 0.5% del mundial. (Datos sin corrección por paridad de poder adquisitivo; FactBook de la CIA.) Es fácil inferir las consecuencias militares y diplomáticas de esta abrupta pérdida de poder económico relativo. No conozco un mejor resumen de todos los fracasos económicos del kirchnerismo.
Louis,
ReplyDeleteLos datos del último párrafo (participación en el PIB mundial medido en dolares corrientes de cada momento) es la mejor medida que conozco para comparar si un país prosperó o no. Es demoledor.
Pablo
¿No existe un índice de Dignidad?
ReplyDeleteEs tremendo, Pablo.
ReplyDeleteDon Pero, en dignidad no les gana nadies.
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