Encontrar a alguien que más o menos adhiera a las ideas de la libertad y responsabilidad individual, incluyendo la economía de mercado.
Tal vez es una exageración lo de milagro, pero casi - casi. El valor por defecto es la tendencia a considerar que las personas son niños desamparados sin la tutela de algún funcionario. El estado SIEMPRE te garca pero la solución a todos los problemas pasa por más estado.
Tengo una duda. Entre los que visitan regularmente blogs como éste, una vez superada la urgencia, una vez que se saquen de encima a lo que queda del kirchnerismo, ¿cuál es el consenso sobre lo que hay que hacer en el país?
Me refiero a reformas concretas, como por ejemplo terminar con el modelo fascista en las relaciones laborales (desasociando a las obras sociales de los sindicatos, implementando a pleno la libertad de contratación, con negociaciones a nivel de empresa y libertad sindical) y reformar el sistema el sistema educativo (implementando un sistema de vales para subsidiar la demanda y no la oferta).
No sé por qué me parece que inmediatamente surgirían los desacuerdos.
* Restablecer la división e independencia de los poderes, retornando a la república
ReplyDelete* Rescatar la cultura del trabajo cortando el asistenciapopulismo (tal vez de manera gradual)
* Reinserción en el mundo
* Volver a criminalizar los actos delictivos
Yo creo que la puerta va a quedar siempre abierta para el desastre, se necesitaria una revuelta con tiros y muertos para hacer cambios de fondo en argentina. Creo que a lo mas que podemos aspirar es a ser un pais un poco menos patético.
ReplyDeleteTe imaginás a alguien diciendo que la UBA va a dejar de subsidiar a gente que se la puede pagar o va a dejar de ser un trampolin politico? Imposible. Es parte del ser nacional.
Y los sindicatos, hay una gran parte de la sociedad que si no se dedicara a la extorsion por ahi, se pasaria a otra modalidad delictiva.
Y las nuevas generaciones cada vez mas tienen esa perspectiva de que los demas les deben.
Casmiro, por eso siempre digo que hace falta debatir medidas/proyectos de ley concretos y no caer en cuestiones generales. En el qué es más fácil estar de acuerdo. Los problemas empiezan con el cómo.
ReplyDeletePor supuesto que surgirían desacuerdos, pero en tanto quienes aporten a la discusión tengan en vista el objetivo final, no será difícil acordar la mejor solución. Lo principal, y ésto referido al "cómo", es catalogar los temas de acuerdo a la importancia que revisten. Excluyendo a aquellos que no la tienen clara, o que están guiados por interés, o cuyas neuronas están agostadas por tantos años de estupidez repetida, opino que no sería complicado establecer un orden de prioridades de situaciones por reparar para que nuestro país vuelva a ser un lugar, al menos, habitable.
ReplyDeletePero, ¿con quién contamos?
Del oficialismo con nadie, y de la actual oposición tampoco. Todos están infiltrados por el mismo virus. Todos son descartables y sin pasar una primera prueba. El verdadero milagro, sería encontrar no ciudadanos que no entiendan el valor de las verdaderas libertades individuales, sino personas que representen algo así, porque si yo, Juan Pérez, pretendo liderar un movimiento de ese tipo, aunque yo esté convencido de mi capacidad y decencia, no conseguiré convencer ni a mi vecino de al lado. Y ese es el otro efecto artero de tanto tiempo de corrupción, incapacidad en la dirigencia y tolerancia de la ciudadanía.
Todo apunta a que se ha conseguido el efecto secundario de lo que se propuso hace casi setenta años, y es que se llegue a pensar que el país no tiene salida. Tétrico.
Volver a la República, a una auténtica división de poderes, retomar el camino del federalismo donde las provincias puedan tomar decisiones y administrarse por si mismas. Hablo de le manejo del erario, seguridad y salud.
ReplyDeleteReducir los impuestos y los trámites para establecer un emprendimiento. Eliminar todo tipo de impedimento para poder ejercer cualquier oficio o tarea de manera independiente, digamos eliminar muchas regulaciones.
Desmantelar el aparato sindical, el Califa no lo pudo lograr pero en ese momento muchos temblaron. Debo reconocer que hubo entenados pero fue uno de los peores momentos de la historia para los sindicatos.
Retomar el respeto a las instituciones en general. Seré criticado pero me gustaría tener un Ejército del cual poder sentirme orgulloso como institución, sin las payasadas a que nos tienen acostumbrados desde casi un siglo.
Respetar a rajatabla el derecho a la propiedad privada, el apego sin vueltas a la Constitución (si es la original mejor).
Crecer como ciudadanos responsables y adultos, donde el discutir no sea igual que pelear ni de lugar a la ofensa.
Respetar los compormisos asumidos y mejorar nuestras relaciones exteriores sin quedar pegados a cualquier locura antimodernidad.
Lo de la educación me parece que vendría posteriormente. Hace falta del bienestar económico para que el ciudadano de a pie se de cuenta de que el sistema educativo actual siempre va a terminar en lo mismo, o peor, paros, deficiente calidad, nadia a quien reclamar.
Finalmente, el proyecto de país debería basarse en ideas que tiendan a salir del odio y resentimiento que durante tanto tiempo quedó sellado a fuego en el ego Nac&Pop.
Salu2
Miguel, ¿tiene salida el país, si con “salida” nos referimos a salir del círculo vicioso de pobreza y atraso?
ReplyDeleteEn teoría, no está muerto quien pelea, y no somos pocos los que seguiremos peleando a lo Almafuerte.
ReplyDeleteEn teoría, no es imposible matar a la serpiente del círculo vicioso.
Pero con ésto pasa lo mismo que con los ratones y su cascabel: No tenemos a aquel que sea capaz de ponerlo, porque los que podrían hacerlo sólo quieren convertirse en gato y los que no podríamos carecemos de las herramientas para hacerlo.
Me gustaría mucho pensar en positivo, pero me cuesta trabajo imaginar una salida pronta. Tal vez haya que hacerle caso a Serrat y esperar a que la bosta le tape el morro a la inmensa mayoría para ver si así despiertan de este sueño (pesadilla) atroz de setenta años y se dan cuenta que si el barco se hunde no se salvan ni los de primera clase ni los de la bodega inferior. Porque en realidad -y tal vez eso desde el exterior no se advierta- no tenemos ningún elemento confiable, excepto los que vemos día a día como se desmorona lo poco que se pudo construir a pesar de los gobiernos de turno, que, inevitablemente lo destruyen ni bien se enteran de que algo así existe.
Y no rescato de esos gobiernos ni uno solo desde 1964 hasta acá. (Ojo que no soy radical)
La unión de la ciudadanía para reconstruir la Nación, es muy loable y hasta posible, pero la experiencia me enseña que se necesita una organización y una guía -no un Mesías- que vaya a la cabeza. Como se encuentran las cosas hoy por hoy, no sería muy trabajoso inicializar un plan para salir de ésto, y no habría demasiados obstáculos para consensuarlo; el problema, como dije más arriba, sería quién se pone la locomotora al hombro y empieza a mover el tren. Porque un ejército sin general, no es un ejército sino una horda de desesperados. Y cualquiera que, aún con las mejores intenciones, pretenda ser el comandante, tropezará con el descrédito que han sabido inocular en la gente quienes corrompieron, prostituyeron y degradaron la palabra "política" hasta llevarla a su acepción actual, haciendo olvidar que en su origen significó "trabajar por el bienestar de los conciudadanos".