Pero lo de esta mujer y su marido debe ser una profunda vocación de servicio.
Yo todavía me acuerdo de lo que se decía de ella cuando era senadora, hasta linda e inteligente la veían.
¿Qué pasó?
¿Los políticos argentinos llegan al poder y sufren automáticamente una pérdida de masa encefálica?
Hasta el último párrafo pensé que estabas hablando de Hilaria. Fue a propósito la ambigüedad?
ReplyDeletePobre, no es para tanto.
ReplyDeleteEra tan bestia como ahora. Lo que pasa es que le prestábamos menos atención y tenía un buen lobby.
ReplyDeleteLa mina esta siempre fue de décima y siempre dijo barbaridades. Yo siempre que la veía en algún canal le decía a quien estuviera cerca que una de las peores cosas que nos podía pasar era que semejante sonada agarrase la manija. Lo que pasa es que siempre tuvo el discurso progra tan dulce a las orejas de cuanto ex estudiante de comunicación social (graduado o no) hay por los medios (y no solo de Argentina).
ReplyDeleteQué mala suerte tienen los argentinos que siempre parecen llegar los peores al poder.
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