El Opinador Compulsivo

Cuando la puesta en práctica de las ideas y propuestas de la izquierda en cualquiera de sus variedades (socialismo autoritario, socialismo democrático, comunismo, marxismo leninismo, estalinismo, etc.) termina en el fracaso, como es sistemáticamente el caso, inmediatamente escuchamos que en realidad lo que fracasa no son las ideas y propuestas sino su implementación.

El socialismo termina sistemáticamente en la escasez - en el mejor de los casos - y en escasez, violaciones masivas de las libertades más elementales y millones de muertos - en los casos más extremos. Pero el problema es que todavía no encontraron a nadie lo suficientemente entusiasta, honesto y capaz para ponerlo en práctica como Dios manda.

Con la economía de mercado pasa exactamente al revés. Los resultados son insuperables. En todos los lugares en los que se aplica el libre intercambio de bienes y servicios desaparece la escasez. La economía de mercado no es mágica - pero es el único sistema que permite la generación de riqueza- y sus objetivos son mucho más modestos – nunca nadie habló de construir el paraíso en la tierra.

Y, sin embargo, los izquierdistas no se cansan de machacar que la economía de mercado – a la que denominan despectivamente "el capitalismo" – es un fracaso porque no todas las personas salen de la escasez en la misma medida.

Parece mentira, pero el principal reproche de los izquierdistas es que su sistema en estado ideal es mejor que la puesta en práctica del que proponemos nosotros.