¿De qué país habla?

Emilio Cárdenas, muy duro con el régimen:

Ocurre que el pueblo está harto del despotismo de un gobernante opulento que se había aferrado al poder desde hace años; de su corrupción y de la de su familia y entorno; del nepotismo que lo rodeaba; del culto a la personalidad que había edificado meticulosamente; de la falta de libertad de prensa y de opinión; de la pauperización; y de tener que sufrir un desempleo cada vez más profundo y generalizado.

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El impacto de las repentinas "revelaciones" de los cables de la diplomacia norteamericana filtrados por Wikileaks que, en este caso particular, confirmaron la percepción de corrupción que flotaba sobre la esposa del presidente, que operaban a la manera de "cuasi-mafia" con su entorno de empresarios amigos.

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Para los gobernantes, vivir envueltos en una suerte de burbuja propia -construida a partir de una verdad prefabricada- es mal negocio, porque no es más que un mecanismo de escape frente a una realidad que no puede manipularse eternamente.