Jeje. Yo tengo mi petaquita monografiada. La última vez que la usé fue haciendo de soldado inglés en una recreación de la invasiones inglesas en Barragán. La noche de guardia previa a la recreación fue mi compañera inseparable e insustituible, antes de cagarnos a mosquetazos al día siguiente con estos muchachos los criollos. Otro día subo fotos.
Louis, no sabés cómo me gustó participar. Ahora lo tuve que dejar porque requería tiempo, todos los domingos toda la mañana en el regimiento Patricios ensayando, entrenando, marchando, disparando los mosquetes, etc. Me gustó mucho participar, y agradezco a los que me hicieron el lugar.
Lo hice personalmente como aproximación a esos tiempos en donde el honor, disciplina, heroísmo, guerra querían decir probablemente otras cosas que ahora. Tiempos en los que se esperaba la carga de caballería enemiga rodilla en tierra con el mosquete y esperando la orden de fuego. Y si la cosa se ponía tupida, a calar bayoneta y destripar gente, a matarlos mientras los mirabas, los oías, los olías. Tiempos terribles, hechos terribles. Se me hacían cosas tan ajenas que me pareció buena idea esta cuestión de las recreaciones de época. En la primera en la que estuve, en el polígono del Tiro Federal, quedé enganchadísimo. Todo es muy realista. Uniformes y armas de época, cañones cañoneando (no sabés el quilombo que meten), nosotros marchando, virando, deteniéndonos, cargando nuestros mosquetes de avancarga, baqueteando (es aplastar la pólvora en el fondo con -justamente- la baqueta que viene con el mosquete para que detone bien), preparando, apuntando, disparando, todo en el medio del quilombazo de una batalla (es una monumental batahola, ahí me di cuenta de la DISCIPLINA y ENTRENAMIENTO que tenían que tener para obrar como una máquina y no desbandarse), escuchando las órdenes a grito pelado del comandante y nosotros -línea de fusileros- contestando cada orden a coro y a voz en cuello, también en una especie de coreografía que ahora es pintoresca pero antes era crucial para trabajar como un mortífero mecanismo de relojería. Es todo juego pero, si te metés en lo que estás jugando, una vez adentro corre adrenalina. Me pasó que en esa primera vez me hice moco el dedo gordo de una mano. Me sangraba. Me dí cuenta después, nunca supe cómo ni en qué momento me lo hice. Y no me dolía. "Mierda", pensé. Cómo habrá sido en aquellos tiempos en los que no estabas jugando sino peleando, a un tris de que te hicieran un buraco en el pecho, un tajo en el pescuezo o un puntazo hasta la espalda en la barriga.
Why not? mientras no le modifique el sabor...
ReplyDeleteMe quedo con la vieja y querida "petaca"
ReplyDeleteJeje. Yo tengo mi petaquita monografiada. La última vez que la usé fue haciendo de soldado inglés en una recreación de la invasiones inglesas en Barragán. La noche de guardia previa a la recreación fue mi compañera inseparable e insustituible, antes de cagarnos a mosquetazos al día siguiente con estos muchachos los criollos. Otro día subo fotos.
ReplyDeleteJL
Bárbaro, JL, me gustaría participar en algo así.
ReplyDeletePetaca = machos, latita = gay.
ReplyDeleteLouis, no sabés cómo me gustó participar. Ahora lo tuve que dejar porque requería tiempo, todos los domingos toda la mañana en el regimiento Patricios ensayando, entrenando, marchando, disparando los mosquetes, etc. Me gustó mucho participar, y agradezco a los que me hicieron el lugar.
ReplyDeleteLo hice personalmente como aproximación a esos tiempos en donde el honor, disciplina, heroísmo, guerra querían decir probablemente otras cosas que ahora. Tiempos en los que se esperaba la carga de caballería enemiga rodilla en tierra con el mosquete y esperando la orden de fuego. Y si la cosa se ponía tupida, a calar bayoneta y destripar gente, a matarlos mientras los mirabas, los oías, los olías. Tiempos terribles, hechos terribles. Se me hacían cosas tan ajenas que me pareció buena idea esta cuestión de las recreaciones de época. En la primera en la que estuve, en el polígono del Tiro Federal, quedé enganchadísimo. Todo es muy realista. Uniformes y armas de época, cañones cañoneando (no sabés el quilombo que meten), nosotros marchando, virando, deteniéndonos, cargando nuestros mosquetes de avancarga, baqueteando (es aplastar la pólvora en el fondo con -justamente- la baqueta que viene con el mosquete para que detone bien), preparando, apuntando, disparando, todo en el medio del quilombazo de una batalla (es una monumental batahola, ahí me di cuenta de la DISCIPLINA y ENTRENAMIENTO que tenían que tener para obrar como una máquina y no desbandarse), escuchando las órdenes a grito pelado del comandante y nosotros -línea de fusileros- contestando cada orden a coro y a voz en cuello, también en una especie de coreografía que ahora es pintoresca pero antes era crucial para trabajar como un mortífero mecanismo de relojería. Es todo juego pero, si te metés en lo que estás jugando, una vez adentro corre adrenalina. Me pasó que en esa primera vez me hice moco el dedo gordo de una mano. Me sangraba. Me dí cuenta después, nunca supe cómo ni en qué momento me lo hice. Y no me dolía. "Mierda", pensé. Cómo habrá sido en aquellos tiempos en los que no estabas jugando sino peleando, a un tris de que te hicieran un buraco en el pecho, un tajo en el pescuezo o un puntazo hasta la espalda en la barriga.
JL
Si me permites, lo cuelgo como post, JL.
ReplyDeleteLouis, por supuesto. Y disculpame que no lo puedo hacer yo, estoy como loco ahora.
ReplyDeleteJL
Impresionante la descripción de JL, muy bien LC por pasarlo a post. Nunca les mande mi test porque me dio 100% en los dos ámbitos....
ReplyDeleteCheerz, N
Esto me mató: "I’ve seen it...out of plastic sachets in Uganda"
ReplyDeleteWhisky en saché, como la leche??
Y en tetra???
Peter, para partirles la jeta de un trompadón.
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