Reciclando los desechos del imperialismo
El "Enterprise de pan" que descubrió Klaus ?
Este hizo el curso de Estática y Resistencia
de Materiales en la Universidad de las Madres
Man in a Box, que buen tema
Ya lo va a agarrar Copani a este
"cacerola de teflón".
¿Cuál es la idea?
ReplyDeleteel de la cacerola tiene su barbijo listo por si alguien tira gases
ReplyDeleteEs para resistir los cascotazos. Cada cual tiene su modo.
ReplyDeleteIgual son todos patéticos, el gobierno y la gente, que país de mierda.
Menos mal que vivo en Argentina...
Eso, menos mal que vives en Argentina en donde esas cosas son impensables.
ReplyDeleteTienen más inventiva que acá!!!
ReplyDeleteAcá hemos ligado gases y palazos, pero nunca ví a nadie con con una cecerola o un telgopor en la cabeza...
Che, al del barrenador marplatense en la cabeza, lo ví militando en Filo y Letras (?) ...
ReplyDeleteCuando la Guardia de Infantería de la PFA era realmente una fuerza profesional (década de los 60) bien entrenada era muy raro que te sacudieran un garrotazo en la cabeza con los bastones largos.
ReplyDeleteLos tipos te pegaban entre el cuello y la clavícula y puedo garantizar que dolía terriblemente, te dejaba paralizado el hombro y el brazo y te quedabas fuera de combate por largo rato.
NO TE PEGABAN EN LA CABEZA PORQUE CUALQUIER HERIDA PEQUEÑA AHÍ SANGRA MUCHO Y ES DEMASIADO ALARMISTA Y MUY FOTOGÉNICA PARA LA PRENSA AMARILLA.
No niego que cada tanto hhubiera habido alguna cabeza rota, pero era porque los manifestantes se movían cuando venía el garrotazo o ponían el brazo en actitud defensiva y ahí te partían el cúbito y/o el radio.
Por su parte, la Guardia Montada (los "cosacos) te gritaba "queres libertad, acá tenés" y te pegaban un planazo con el sable sobre tu espalda que te estampaba la inscripción que tenía grabada la hoja del sable y que decía libertad (y algo más que no me acuerdo).
Nunca en la perra vida pegaron con el filo en la cabeza porque sabían que te abrían el frasco como una sandía aunque el sable no estuviese afilado.
Estos amables centauros al revés solían ser de la provincia de Corrientes y, cómo decirlo con elegancia, eran un tanto rústicos por no decir unos animales de burros, pero pegaban planazos con gran eficacia y cierta elegancia.
Ahora cuando algún caballo se caía porque pisaba bolitas de rulemán, el cosaco cobraba como en bolsa hasta que llegaban sus camaradas que , entonces sí, repartían sablazos para todos lados.