Para sentirse bien tienen que odiar a alguien:
Además de servir para denostar a sus adversarios ideológicos actuales, acusándolos de ser en cierto modo afines a los militares aun cuando hayan nacido años después del desbande de la dictadura, "la memoria" les brinda un pretexto para afirmarse defensores heroicos de los derechos humanos, privilegio éste que en la Argentina se ha vuelto hereditario. Lo mismo que en Sicilia y Afganistán, abundan los hijos que se sienten obligados a vengar a sus padres. ¿Cómo sería Europa hoy en día si pensaran de tal modo los descendientes de quienes murieron en la Segunda Guerra Mundial?
Tengo amigos ,típicos argentinos resentidos que se dicen kirchneristas
ReplyDeletepor el solo hecho de disentir con los demás. Poco les importa lo mal que les va,si saben que a uno le va peor.
Que triste futuro veo para este país.
Hay mucho de eso, mucha gente que vive más preocupada por el fracaso de los demás que por el éxito propio.
ReplyDeleteAdenauer, apenas formó gobierno en 1949 dijo que si tenía que investigar a cada alemán por el nazismo, no quedaba nadie libre. Eligió mirar para adelante. Un estadista con todas las letras. Estadista en serio, no de la boca para afuera. Aquí, parte de su legado: "Teníamos que inclinarnos a un lado o a otro si no queríamos ser aplastados. Antes o después, uno de los dos grupos intentaría tener de su parte el potencial alemán... Sólo quedó una vía para salvar nuestra libertad política, nuestra libertad personal, nuestra seguridad, nuestra forma de vida, desarrollada desde hacía muchos siglos, y que tenía como base un concepto cristiano y humano del mundo: una firme conexión con los pueblos y países que tengan las mismas opiniones que nosotros sobre Estado, Persona, Libertad y Propiedad". (K. Adenauer, Memorias, 1945-53, Madrid 1967)
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