Había desaparecido desde hacía tres días y nadie sabía dónde estaba. Había salido en auto de Québec rumbo a New Brunswick por una pasantía y desapareció. La última transacción de tarjeta de crédito había sido en una estación de servicio para cargar nafta en esa provincia. La familia estaba desesperada. Habían contratado a un avión para que la busque.
Por suerte ayer la encontraron sana y salva unas personas que paseaban en motos de nieve. Por hacerle caso al GPS, terminó en unos senderos forestales en el medio de la nada y se le terminó la nafta. No tenía señal de celular.
Como se mudaba a una nueva ciudad, por suerte tenía comida y abrigo en el auto y pudo pasar varias noches a la intemperie. La encontraron de casualidad, estaba en un camino casi abandonado.
Por eso es que acá recomiendan andar siempre con una linterna, frazadas, agua y algo de comida (como barras de cereal y por el estilo) en el baúl del auto por si las moscas.
Te la regalo.
Imaginate que eso pase acá en el Conurbano...
ReplyDeleteEl clima es lo de menos.
llevo varios meses pensando en el tema... el GPS es fabuloso, pero si nos acostumbramos a delegar nuestro juicio en la voz qeu emana el aparato vamos a termiinar perdiendo la capacidad de orientarnos por nosotros mismos... memorizar direcciones, aprender cómo llegar a un lugar, prestar atención a las cosas distintivas del camino... son pequeñas habilidades que no hay que perder!! sirven para mucho en la vida... Yo por eso no me desespero por tener un GPS...
ReplyDeleteeso si, cuando uno viaja a un lugar desconocido (otro país, otra cuidad) el GPS te salva y te permite disfrutar mucho más...
como todo en la vida tiene sus pro y sus cons...
qué suerte que la encontraron a la doctorcita...