El autor de una columna del diario de hoy se pregunta por qué los canadienses pagan tan cara la nafta, a pesar de que Canadá es uno de los principales productores de petróleo del mundo.
Aparentemente este personaje no sabe o ya se olvidó de que el petróleo tiene un precio internacional, independientemente de donde se lo extraiga.
Creo que la brillante reflexión es parte de un mismo fenómeno. Cada vez que se dispara el precio del barril, automáticamente aparecen los que sueñan con una empresa petrolera provincial para, entre otras genialidades nunca antes puestas en práctica en ningún lugar del mundo, tener libertad para vender combustibles a un precio más bajo a nivel local.
La columna es muy representativa del tremendo gataflorismo con el que se suele encarar este tema por parte de los políticos y periodistas. Por un lado proponen mayores trabas, regulaciones e impuestos para desalentar la producción petrolera (la excusa más reciente es el global calenting) y después, cuando la demanda supera a la oferta y se disparan los precios, la culpa es de la economía de mercado, de la avaricia de las multinacionales del petróleo que disfrutan con el sufrimiento del Pueblo.
Habría que decirles a esos salames que no son los dueños del petróleo.
ReplyDeleteCon ese criterio, me instalo en la casa de ellos y digo que es mía.
El tema de la propiedad del petróleo es otra tara. ¿Nadie se pregunta por qué las provincias petroleras reciben regalías si el petróleo es "de todos los argentinos"?