En la mayoría de los casos, lo de “país hermano” es un verso. Salvo cuando hablamos de Uruguay. Como dice el chiste, había un tipo que era tan, pero tan uruguayo que era argentino.
Misma etnia, misma religión, mismas costumbres, misma cultura, misma geografía, misma comida, mismo origen, ¿cómo se explica las décadas de ventaja en desarrollo político e institucional que les llevan a los argentinos?
Parece que la señora Cristina vio la foto publicada en LA NACION anteayer y se mordió los labios de envidia. Con motivo de los 200 años del ejército uruguayo, el Pepe Mujica había logrado retratarse junto a los cuatro presidentes que lo antecedieron en el período democrático que empezó en 1985: Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle, Jorge Batlle y Tabaré Vázquez. Todos aparecían sonrientes, felices, orgullosos. Un fotón, qué duda cabe. El Pepe los había condecorado, además, por sus "relevantes servicios" a esa fuerza durante el ejercicio de sus mandatos.
¿Un ex guerrillero tupamaro, que en los años 70 fue detenido y torturado por el ejército, agradeciendo a otros presidentes lo que hicieron por ese ejército?
Ocurre que Mujica habrá sido tupa pero eso terminó (y terminó mal) y el Pepe ya no lo es, pero sisigue siendo yorugua y, para más, es presidente de Uruguay, y comprende que debe gobernar para todos sus connacionales, no para los ex-tupa, por lo que obra en consecuencia.
ReplyDeleteSería muy simple hacer algo parecido y no tener que sentir envidia, pero..
Lo que Natura non da, en la Rosada no encuentra.
Es que con nuestro derecho a la identidad y un análisis de ADN, se descubrió que somos países hermanos de Haití y Zimbabwe.
ReplyDeleteMiguel, ¿por qué en Uruguay sí y en Argentina no?
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