WTF

David Rencor, de 37 años, ha sido detenido por la Guardia Civil en El Burgo (Málaga) tras presentarse desnudo al funeral de un amigo suyo que solía practicar el naturismo. Pese a que su intención era homenajear al fallecido, lo que provocó fue la ira de los familiares del difunto, que desembocó en alborotos en el cementerio, persecuciones y desmayos. “Al principio todo el mundo estaba demasiado ocupado llorando como para verle, pero se abalanzó entre lágrimas sobre la madre del fallecido y entonces la mujer chilló y la gente tuvo que olvidar su pena por un momento para perseguir al vándalo”, comenta un testigo.

"Lloraba muy fuerte y gritando mucho y veías cómo se balanceaba su pene flácido mientras exclamaba ‘¿Por qué? ¿Por qué?’… como si estuviera más triste que nadie, llamando muchísimo la atención” explica el padre del joven fallecido. “Luego intentó abrazarse a mi mujer y, claro, tuve que saltar. Si el chaval fuera negro aún podríamos haber visto que respetaba el luto, pero con esa piel tan rosita y los testículos colgando como dos bolsitas de té medio vacías… Francamente, rompió todo el ambiente del entierro, que hasta entonces estaba siendo muy bonito y muy triste, como tienen que ser. Él lo convirtió en una parodia y ahora no vivo el descanso catártico que se siente al enterrar a un hijo, sino que estoy como si acabara de ver ‘American Pie 8: putiferio en el cementerio’. Si se tratara de una boda al menos podríamos repetirla”.

Cuando los asistentes intentaron dar caza a David hubo momentos de confusión en los que nadie se atrevía a agarrar su cuerpo desnudo. No obstante, el tío Jeremías consiguió atraparlo usando una corona mortuoria. David, ya completamente fuera de sí y llorando muy fuerte la muerte de su colega, consiguió zafarse y se abalanzó sobre el ataúd con la intención de desnudar el cadáver. “Él lo habría querido así. Ahora pasará el resto de la eternidad vestido de traje y corbata cuando en su vida no hizo más que defender la comunión con la naturaleza. Quedará como un hipócrita ante los ojos de Dios”, comenta David entre sollozos desde el tejado de la iglesia, donde tuvo que subirse finalmente para escapar de la ira de los familiares de su amigo.