La enfermedad argentina no tiene cura. Por lo menos por ahora:
El gran cambio consiste en curar al país de la enfermedad argentina para que finalmente pueda integrarse al comercio mundial de una manera sustentable. El diagnostico de la enfermedad argentina -para nuestra sociedad mucho mas grave que la holandesa- es simple y puede resumirse como sigue. Supongamos que el punto inicial es una devaluación y la fijación de un nuevo tipo de cambio fijo o semifijo. Segundo, agreguemos un poco de inflación liderada por las demandas salariales de los sindicatos monopólicos por encima de la productividad laboral. El Banco Central obediente se para sobre el tipo de cambio fijo y acentúa el deterioro de la balanza de pagos. Tercero, los industriales ineficientes se ven desbordados y demandan protección de las importaciones que el gobierno de turno otorga. Esta combinación de políticas demora pero no impide una nueva devaluación y el proceso se repite. Desde mediados de los 40 esta enfermedad ha recurrido varias veces y a pesar de las investigaciones y recetas probadas, el paciente sigue tan enfermo como hace 80 años.
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