La historia: un inglés compró un barco llamado "Titanic II", que se hundió en su primer viaje y lo remolcaron hasta el puerto de Dorset.
No es Leonardo di Caprio, eh...
Hasta ahí una historia, más que nada, de mal juicio por parte del dueño. Pero lo que me hizo reír en voz alta fue el humor de los
parroquianos. Ver el párrafo del artículo, especialmente la parte en negrita:
"Mr Wilkinson, aged in his 40s, said afterwards: 'If it wasn't for the harbour master I would have gone down with the Titanic. It's all a bit embarrassing and I got pretty fed up with people asking me if I had hit an iceberg.'"
El humor inglés... no tiene desperdicio.
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