De José Piñera, qué quieren que les diga, impresionante.
Y eso que los resultados del sistema educativo de Chile están entre los mejores del subcontinente.
¿Se imaginan, no ya una propuesta, sino hablar de estos temas en la Argentina "ponga huevos" actual?
Estos principios, que son similares a los del exitoso sistema de AFP, conducirían a una competencia virtuosa por elevar la calidad educacional y capturar a las familias. El valor de la chequera educacional, basado en la rentabilidad social bien medida de la educación, sería un barómetro de la importancia que la sociedad le asigna a la calidad de la educación, y un elemento determinante para alcanzar el nivel de capital humano y desarrollo de países desarrollados.
Esta reforma produciría una verdadera revolución del sector educacional, como la que ha tenido lugar en los últimos 35 años, con resultados espectaculares, en todos los sectores liberalizados del país. La flexibilidad inherente de la empresa privada permitiría incorporar, sin demora, los fabulosos avances tecnológicos que están ocurriendo en el mundo y ponerlos al servicio de elevar la calidad de la educación de los niños y jóvenes chilenos.
(Gracias, Gonzalo, del Partido Liberal)
Genial, especialmente estos dos parrafos, dentro de los fundamentos:
ReplyDelete"La clave está en comprender que es imposible lograr un país sin pobres y sin ricos (entendiendo por "ricos" personas con altos ingresos logrados en el mercado). El crecimiento acelerado que elimina la pobreza también recompensa a los más productivos con mayores ingresos, creando "ricos". Por otra parte, las políticas públicas que intentan eliminar a los ricos crean inevitablemente un país de pobres, ya que ellas tienen que expropiar los ingresos de los sectores más trabajadores, innovadores y dinámicos y limitar las libertades personales en tal grado que debilitan mortalmente los estímulos claves del crecimiento. La igualdad de ingresos y patrimonios sólo se puede lograr dentro de la pobreza (y el totalitarismo, como en Cuba).
Un estadista debe tener el coraje para explicarle a la ciudadanía que para lograr un país sin pobres se debe aceptar, incluso valorar, un país con gente que obtenga altos ingresos, siempre que esa riqueza provenga de logros en un mercado competitivo y no de subsidios estatales, abuso de posiciones monopólicas, fraude o corrupción. Y una sociedad madura es aquella que acepta una pluralidad de jerarquías, limitando el prestigio de la riqueza a su justa dimensión y reconociendo que hay otras jerarquías tan o más valiosas."
Da para ir colgándolo como posts.
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