Jul 12, 2011

Se les salió la cadena

El crédito es una herramienta (financiera) que como toda herramienta se puede usar bien o mal. Una cosa es tener que cubrir gastos de una frecuencia mayor a la frecuencia de los ingresos, como por ejemplo el gobierno paga todos los meses sueldos pero algunos impuestos los recibe una vez al año o cada tantos meses, entonces necesita un crédito para financiar ese desfase de corto plazo. Y otra cosa es vivir pedaleando la bicicleta de empapelar con deudas a 5, 10, 20, y 30 años toda la vida.

Poca gente va a hablar mal de la bicicleta de las deudas porque muchos viven de esas deudas, los que la gastan y los que cobran comisiones para emitirla y comerciarla. Pero cuando el gobierno toma deuda está pidiendo recaudación de impuestos por adelantado, y cuando la deuda es a muy largo plazo se está gastando los recursos de gobiernos que todavía no fueron elegidos. Mientras se puede hacer girar la bicicleta, está todo bien, es como hipotecar la casa e irse de vacaciones con esa plata, el problema viene cuando volvemos a casa y llega la cédula de desalojo. A varios países de Europa les está llegando la cédula de desalojo, los gobiernos anteriores se endeudaron hasta el límite y ahora se le salió la cadena a la bicicleta, ya no pueden pedalear más, llegó la cuenta y la tienen que pagar, el tema es que la plata no está.

Mas los atacantes no son "los mercados", sino unos Estados hiperdespilfarradores que no se están tomando en serio sus obligaciones externas. Cada año, los famosos PIIGS están pidiendo prestados a "los mercados" más de 200.000 millones de euros (el 16% de todos sus ingresos fiscales), sin que se les vea demasiado comprometidos con devolver los más de 3.000.000 millones que todavía adeudan. Si hoy por hoy continúan gastando más de lo que ingresan, ¿cómo no estremecerse?

No, "los mercados" –léase los ahorradores que les prestan su capital a los Estados periféricos para que este año puedan continuar gastando por encima de sus posibilidades– no atacan, se defienden. Se defienden de unos políticos que todavía exhiben enormes descuadres en sus cuentas y que no está claro que prefieran reducirlos lo suficiente a quebrar. A más riesgo, más interés para cubrirse del mismo.

Obvio que el malo es el que presta, al que debe siempre lo engañan. El default (o en su defecto la devaluación) tiene su lado bueno, limpia la carga del deudor y educa al prestamista para que no preste dinero a gobiernos irresponsables. Es lo que pasó con Argentina, desde el default nadie le presta plata.

3 comments:

  1. Son una copia de la Argentina 1995 2001 viviendo del aumento del gasto público financiado con crédito. ¿O me equivoco?

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  2. Pero sigo escuchando a gente que le echa la culpa a la economía de mercado.

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  3. Echarle la culpa a la economía de mercado es como decir que la culpa de los muertos en accidentes de tránsito es por la libertad de circular. La solución, el toque de queda.

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