Me imagino que todos deben tener sus olores preferidos. Yo tengo varios.
El olor al pan recién salido del horno, especialmente cuando pasás a la mañana temprano por una panadería es casi insuperable.
El olor a jazmín, que como casi todo lo bueno dura poco.
El olor a nafta mientras se llena el tanque.
El desodorante Colbert US.
El perfume Guess Woman.
Pero nada se compara a ese olor tan característico del dólar. Cuando agarrás el fajo de billetes y con el pulgar los pasás rápidamente de punta a punta... Ahhhhhh.
Ojo, es sólo un pensamiento. Hay que seguir apoyando el proyecto de país, porque como todos sabemos, el que apuesta al dólar, pierde.
No se preocupen porque esta vez seguro que sale bien.
ReplyDeleteI love the smell of napalm in the morning (...) Smelled like... victory.
ReplyDeleteJL
La presi coincide contigo.
ReplyDeleteSòlo que ella no tiene un fajo de dòlares, sino muchos.
olor a capitalismo. que puede ser mejor?
ReplyDeleteEncima , los euros que valen un 35% mas que los dolares no tienen olor a nada.
El problema es que, en algunos países, el dólar tiene olor a coima.
ReplyDeleteLos dólares de Zimbabwe tenían olor a bosta, todo el mundo buscaba verdes o las clásicas British Pounds.