De la serie American prison tatoos - Robert Gumper |
Oímos a una vedetonga diciendo que tal otra "no tiene códigos". Leemos gente que dice que tal funcionario "no tiene códigos". Siempre que veo la expresión esa de que alguien "no tiene códigos" la semántica de la cosa es más bien que ese alguien ha cometido una falta moral. Y me pregunto qué pasó con la palabra "moral".
Y lo que me parece es que, como "represión", la palabra "moral" pasó a ser uno de esos conceptos culposos que asociamos vergonzosamente con un pasado militar que en algún momento pedimos y de los resultados del cual luego no nos hicimos cargo, en una actitud mucho más esquizoide que sana. Pedir "códigos" en vez de "moral" también nos da la pauta de que nos sentimos con el traste sucio, como que no podemos pedir algo que nosotros mismos no podemos practicar. Pedir "códigos" en vez de "moral" es pedir permiso para eventualmente cagarme en las leyes, de acuerdo a las conveniencias y a los "códigos" del momento.
Se me ocurre, también, que al modular los fonemas de la palabra "moral", el oyente, en su cerebro, procesa automáticamente que el que dice eso es un milico nacionalista de derecha, o un chupacirios fundamentalista, o un nazi, o cualquier combinación de las anteriores. Y generalmente, también, un hipócrita, porque también tenemos el lamentable folklore de que los que predican la moral son los primeros en cagarse en ella. Y de recontraúltima, un ingenuo, porque si no sos nada de lo anterior y hablás de moral, es que sos un gil: Argentina es complicada y hay que saber moverse cagándose ora en este detalle, ora en aquel otro.
Así que, a falta de mejor palabra, le mandamos "códigos". Pero los "códigos" son tumberos. Los "códigos" son ética mafiosa. Cuando hablamos de "códigos" no hablamos de leyes escritas, tampoco, sino de sobrentendimientos tácitos que están por encima (o más bien, por debajo) de las leyes.
No me parece que Felipe Solá "no tenga códigos", por ejemplo, al ponerse al abrigo del kirchnerismo. Creo que faltó a la moral, no por el salto desvergonzado de una posición ultracontraria a una positiva hacia el oficialismo -cualquiera puede cambiar de parecer honestamente- sino porque se vislumbra que el cambio ese no obedece a posiciones limpias sino a cálculos, presiones o toma y dacas deshonestos.
En resumen, y para cerrar, redondeo con que me cago en los códigos. En el término y en el concepto. Me gustaría que nos permitiéramos volver a sentirnos lo suficientemente limpios como para exigir actitudes morales.
Código= Entiéndase: En este contexto, las pautas mafiosas que nos ponemos y respetamos para funcionar.
ReplyDeleteOtra que "the rule of law"!...
Don Freeman.
100% de acuerdo.
ReplyDeleteFirmo al pié.
ReplyDeleteCódigos=matufia.
Firmo también, yo me rijo por reglas morales, no por codigos de vivarachos que se las dan de piloas ni respeto lealtades impuestas ni amiguismos por conveniencia.
ReplyDeleteESPECTACULAR POST.
ReplyDelete+10 PUNTOS.
Y TAMBIEN, 150% DE ACUERDO!!!
Hasta este post yo solía utilizar esa palabra "códigos", pero leyendo bien todo lo publicado me dí cuenta de que en realidad debería emplear otra palabra.
ReplyDeleteY si se refiere a "moral", estamos jodidos: el relativismo moral es terrible.
Andrés