Tantos años vividos, tanto leer, tanto escuchar.
Tanto criar hijas, tanto trabajar, tanto bancar paradas
y la sabiduría absoluta la encontré de casualidad,
en pleno insomnio a las dos y cuarto de la mañana
con un porrón de una exquisita Carlsberg en mi mano
y la mirada frente al aparato del plato giratorio
calentando unas papas fritas en la cocina.
¿A qué me refiero?
Lean, piensen y luego si quieren me insultan.
Reflexión 1:
No hay minuto más largo para un hombre que el de un microondas.
Pero la cosa no terminó ahí.
Casi al mismo tiempo, la puerta entreabierta del baño
me permitió ver como mi esposa miraba inquieta el test
que tenía frente a sus ojos
y la luz se posó sobre mí iluminándome nuevamente.
Reflexión 2:
No hay minuto más largo para una mujer que el del test de embarazo.
¿Qué? ¿Qué es una tontería?
¿Acaso esperaban algo mejor que esto?
Lo siento, pero tenían demasiadas expectativas
sobre alguien como yo, que cada vez que mete algo
en el microondas se queda mirando como gira el plato.
No pueden esperar una reflexión seria o inteligente de un tipo así.
Reflexión 3: Las papas fritas recalentadas en el microondas quedan horribles.
ReplyDeleteMuy bueno, J. El tiempo tiene esa elasticidad.
ReplyDeletePero es cierto lo que dice Carlos, para recalentar papas fritas conviene un hornito eléctrico, en el microondas quedan fláccidas y mustias.
La medida del tiempo es según su instancia.
ReplyDelete¡Muy bueno, Jimmy!
ReplyDeleteConsejo para recalentar papas fritas en el microondas: Abrir la puerta cada tanto para sacar el vapor, es lo que hace que queden flaccidas (Igual no quedan muy bien que digamos)
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