Los izquierdistas llegan al poder.
Ante la enorme expectativa generalizada de sus correligionarios, ponen en práctica políticas con las mejores intenciones pero que generan incentivos que van en el sentido contrario.
Como no podía ser de otra manera, obtienen resultados que contribuyen a empeoran considerable la situación original.
El desconcierto es generalizado.
Como los izquierdistas saben a priori que sus ideas y propuestas son las correctas, la única explicación que cabe es a) falló la implementación y/o b) se trata de un complot de los que no son de izquierda.
Conclusión “lógica”: hay que seguir intentándolo porque la próxima vez seguro que sale bien.
Así es! Vamos Ghanando!
ReplyDeleteHerr Klaus.
Es responsabilidad nuestra también, necesitamos mejorar muchas cosas para que estos cabezashuecas no lleguen al poder.
ReplyDeleteAnónimo, desde ya. Pero políticos delirantes van a existir siempre. Hace falta limitar la capacidad de hacer daño que pueden llegar a tener.
ReplyDeleteFlowchart please!! Ando sin tiempo old ladies.
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