MVL sobre los horrores de la ingeniería social:
Las utopías sociales, esas tentativas -generosas o perversas- de reordenar la sociedad humana de acuerdo a un principio religioso o político, han sembrado la historia de cadáveres. Pese a ello, se han sucedido unas a otras, cada cual más catastrófica que la anterior, de modo que debemos aceptar como un hecho irreversible que los seres humanos necesitamos (y, por tanto, seguiremos buscando) esa sociedad perfecta o mudanza del paraíso a la Tierra que cada utopía social se propone realizar.
¿Cual es, para mí, la principal enseñanza de la crisis de la UE? Que es imposible vivir indefinidamente por encima de nuestras posibilidades.
¿Aprenderán la lección? Lo dudo mucho. La idea de que es posible terminar con la escasez por acto de gobierno es parte esencial de la cosmovisión colectivista:
Lo peor es que la situación actual es propicia para que germine la demagogia y la sinrazón del eslogan, y el lugar común y el estribillo prevalezcan sobre las ideas y el análisis realista. "No hay que rendirse a los mercados" es una frase acomodaticia que circula últimamente por doquier. Tampoco hay que rendirse a la ley de gravedad, por supuesto, y rebelarse contra ella ha dado algunos excelentes poemas. Volver la espalda a los mercados, me temo, no producirá buena literatura, pero sí, es seguro, empeorará la crisis y acabará por destruir todo el progreso económico alcanzado por los países europeos en los últimos años. Eso lo saben todos los políticos, de izquierda y de derecha, pero no se atreven a decirlo, o lo dicen con tantos remilgos que nadie les cree. La excepción son aquellos grupos extremistas, felizmente por ahora todavía marginales, que quisieran resucitar a Lenin o a Mao, y que, sin que se les caiga la cara de vergüenza, dicen que la Cuba de Fidel Castro ha hecho feliz al pueblo cubano.
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