Hace largo tiempo que Eliaschev está persuadido de que circula sólo una media verdad sobre los días en que el espanto ejerció su intendencia en la Argentina. Esa media verdad habla de las atrocidades consumadas desde el Estado, a partir del golpe del 24 de marzo de 1976. La otra media verdad, la que se enmascara y termina por distorsionar incluso el alcance de la primera, atañe a las acciones criminales de quienes, ya antes de ese golpe y en nombre de la "patria socialista", embistieron contra el orden constitucional. En la denuncia de este encubrimiento y de algunas de sus consecuencias dramáticas pone el autor de este libro un acento inconfundible por su claridad y coraje.
Como dijo José en un editorial hace tiempo:
ReplyDeleteToda la argentina se hizo la boluda cuando un grupo de locos ejercía la violencia por las calles (¿Ponen una bomba? Ah, no me mató a mí, así que no importa).
Después, cuando los militares salieron a defender a una población que en gran medida no lo merecía, eso le pareció bien a los argentinos.
Después, se hizo la boluda cuando se cometieron los excesos.
Después de eso, se hizo la boluda cuando se usó a todos los militares (tanto a los que reprimieron ilegalmente como a los que cumplieron su deber heróicamente y sin tacha) como chivos expiatorios, falseando lo que había pasado.
Y, al final, cuando esos violentos del principio se pusieron de jueces morales de todo el mundo, también toda la sociedad se hizo la boluda.
El resultado está a la vista.
Hay como una necesidad de odiar a alguien.
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