Empresario uruguayo decidió exportar a la Argentina... y aprendió una dura lección:
Usted fue el responsable de imprimir un giro exportador a la empresa cuando se creó el Mercosur. ¿Qué recuerda de aquella decisión?
Fue en 1991. Nosotros, entre comillas, compramos el Mercosur. Era un momento bisagra para la empresa y el desarrollo del país, en el que teníamos dos caminos: o nos dedicábamos a importar bicicletas, motocicletas, repuestos y accesorios y a comercializarlos (porque todavía estábamos en ese rubro solamente), o las fabricamos seriamente. Y como teníamos en la sangre esa impronta industrial, nos decidimos a ser industriales. Importamos maquinaria de última tecnología para fabricar profesionalmente bicicletas en Uruguay. El mercado interno absorbe unas 100.000 al año, nosotros armamos una planta para hacer 360.000 bicicletas al año. Comenzamos a exportar a Argentina, progresivamente a México, a Chile, a Ecuador.
¿Cuánto llegaron a exportar a la Argentina?
Llegamos a tener el 20% de ese mercado, con 240.000 bicicletas, en 1999, fabricábamos para terceros, para supermercados. Ahí, obviamente, le empezamos a hacer cosquillas a los fabricantes argentinos, que en realidad no eran fabricantes sino armadores. No había una industria de última tecnología equipada como la nuestra. Empezaron a hacer lobby con el gobierno argentino para sacarnos del mercado y lo lograron. La nuestra fue la primera controversia que hizo Uruguay en el Mercosur. Estuvimos un año fuera de Argentina. Ganamos la controversia y volvimos a entrar, pero a los dos meses comenzaron los bloqueos arancelarios. Y ya no pudimos entrar más.
¿Qué pérdidas supuso esto para la empresa?
Muchas y muy importantes. Teníamos entonces más de 400 personas, la mitad dedicada a la industria. Fue un horror, porque además habíamos invertido en capacitación. Reciclamos a muchos, pero tuvimos que despedir a otros tantos. Y ver a la fábrica desierta... Nos vimos en figuritas. Nos quedamos sólo con el mercado uruguayo, pero no éramos eficientes. Éramos caros... No tenía sentido. Entonces, mi hijo Fabián me dijo: "No hay que morir abrazados a las máquinas". El ideólogo del cambio fue él. En la crisis del 2002 decidimos rematar las máquinas y destinar los galpones a depósito para importar electrodomésticos, motos, bicicletas... Comenzamos importando televisores. Teníamos en ese momento 14 locales en todo el país y los empezamos a vender bastante rápido.
El Mercosur no es nada más que un chiste malo.
ReplyDeleteHecha la ley, hecha la trampa.
Eso les pasa a los uruguayos por comerciar con un país bananero.
ReplyDeleteMe acuerdo haber comprado una bicicleta uruguaya a fines de los noventa para mi hijo.
ReplyDeleteMe sorprendió que era bastante buena para el módico precio con que se comercializaba.
Pero bueno, ahora me doy cuenta que en esa época era un cipayo vende patria que gozaba con el sufrimiento del pueblo argentino, por no comprar nacional y popular, caro pero el mejor.
Lamento tener que desmentir a este "industrial uruguayo", pero este tema lo conozco perfectamente bien porque fui parte del grupo investigador de la litis comercial planteada.
ReplyDeleteLa empresa se llamaba Motociclo y los dueños estaban directamente vinculados al partido Colorado de Gobierno. Traían de China el 90% de las piezas de las bicicletas, las armaban y las exportaban a la Argentina con arancel 0% de aduanas.
El gobierno uruguayo los bancaba a muerte, sabiendo que estaban vulnerando la Normativa de Origen MERCOSUR que admitía (en ese momento) hasta un 40% de componentes extraregionales, porque era un ingreso importante de divisas para Uruguay.
Las bicicletas que importaban de China ni siquiera eran de primer nivel ya que tendían a presentar problemas de soldadura en la horquilla y se rompían en cuanto se usaban en algún terreno accidentado, pero eran muy baratas.
Los industriales argentinos (por una vez) tenían razón porque en Argentina se fabricaban de verdad bicicletas de mejor calidad, con precio más elevado y los uruguayos los estaban perjudicando ilegalmente, conforme las Normas Mercosur.
No crean que el industrial uruguayo es más serio que los nuestros, están cortados por la misma tijera. Y en este caso concreto, macanea el reporteado.
Me olvidé de decir que, en 1997 cuando empezó el litigio, visité la planta de "alta tecnología" de Motociclo y, cuando nos mostraban la fábrica, observé que había varios tambores de 200 litros llenos de tuercas, arandelas y tornillos. Pregunté para que los usaban y el Jefe de Planta me dijo que eran parte de las bicicletas (qué iba a decir) que estaban listas para el montaje.
ReplyDeleteEl problema que tenían esas tuercas y demás era que estaban totalmente oxidadas...
Los kits chinos traían hasta las tuercas y arandelas.