Cristina Fernández ha decidió nombrar a
una suerte de dictador de la economía que decide quién vive y quien
muere, y esa decisión la tomará, no en beneficio del pueblo argentino
sino de un gobierno que lo único que privilegia es el poder que puede
acumular.
Si la gente tiene que comprar más caro y de peor calidad, no
importa.
Lo que importa es que el gobierno estire la inconsistencia del
modelo porque éste debe subordinarse a las necesidades de poder
hegemónico.
(El Cacha sigue predicando en el desierto argento...)
¡Impresionante! Clarísimo, ajustado, perfecto.
ReplyDeleteEn què manos estamos, pero en què manos!!!!!!
ReplyDeleteEmma Peel