Acá es increíble como se acumulan cosas. Uno ni se da cuenta. Un día te pones a revisar y te das cuenta de que tienes macanas por todos lados, muchas que ni siquiera usaste.
Hicimos un buen bulto y antes de ir a tirar todo al centro de recuperación, se me ocurrió llamar al Ejército de Salvación y otras dos instituciones que se dedican a la beneficencia para ver si las querían.
En el Ejército de Salvación me preguntaron qué era (juguetes, botas de esquí, un bolso, una silla de escritorio y demás) y me contestaron que por esas cosas ni se molestan en salir. En otro lugar me querían cobrar por venir a buscarlas y en la tercera me dijeron que no tienen lugar para ponerlo.
Y después hacen propaganda para pedir donaciones. La verdad es que no se entiende.
El otro día me pidieron una donación para el Asilo de Ancianos.
ReplyDeleteYa les mandé dos viejitos.
¿Probaste con Caritas? (No me refiero a hacer gestos lindos, sino a la organización católica).
ReplyDelete