Ed Burbuja

THE FACTS:

El sistema de educación pública en Estados Unidos consiste en la prestación por parte del estado del servicio de educación "gratuita" en la primaria y la secundaria.
El sistema universitario es una mezcla donde coexisten actores privados y públicos. Pero en ningún caso es "gratuita".
El estado de la educación primaria y secundaria en Estados Unidos es calamitoso y por ello rankea muy por debajo de la tabla cuando comparada su situación con la de otros países industrializados.
La calidad de educación superior (universitaria) rankea número 1 en el mundo sin competencia ni por asomo.
El que no sea "gratuita" la educación superior, no quiere decir que todos los alumnos pagan. Hay una enorme cantidad de becas para los candidatos que sobresalen (5% al 10%). Para el resto, no queda otra que pagar o sacar préstamos.
La educación universitaria es cara. Y se ha encarecido en forma desproporcionada en los últimos 20 años.
El estado, al garantizarlos, maneja efectivamente el mercado de préstamos.

THE STORY:

Arthur terminó la secundaria siendo el mejor alumno de la clase en la secundaria. Bobby terminó cómodo siendo alumno promedio. Chris es un vago de aquellos. Arthur, que no tiene un mango, recibe invitaciones de Harvard, Yale y MIT. Le dan respectivamente un descuento del 80, 75 y 40% de lo que costaría la educación. La Universidad de San Diego, y las otras 16 del Top 20 le ofrecen que venga a estudiar gratis y encima le dan trabajo en la biblioteca para que gane unos mangos extra. Bobby no tiene opción: tiene que pagar el precio completo en una de medio pelo si quiere estudiar. Chris: igual precio, salvo que ni las de medio pelo lo quieren. Los tres quieren ser abogados.

Arthur está encaminado. Si sigue con el rendimiento que tuvo en la secundaria, las mejores universidades se van a pelar por pagarle hasta el doctorado si eso es lo que él desea. Bobby y Chris, o sobresalen en el "college" o están fritos.

Cada muchacho mantiene sus tendencias. Arthur es alumno estrella en Yale. Bobby es un alumno decente en la Universidad de Iowa. Chris en lo único que se distingue es en geografía, que aprende gracias a su habilidad en reconocer cervezas de diversas regiones.

Antes de ir al "Law School" los muchachos deben rendir un exámen de lógica, que es un exámen nacional. Arthur queda posicionado en el 1% del país. Junto a las notas que sacó en el college, Harvard y Yale le tienden una alfombra roja. Bobby saca un puntaje decente con el que puede ser aceptado en una universidad que está en el Top 50 del país. Chris rinde borracho y no lo aceptan ni los padres de vuelta en casa.

Arthur paga $0 en Yale: la universidad le regala la educación (por qué? porque si no le ofrecían la educación gratis lo iba a hacer Harvard, y Arthur y sus pares del 1% van a levantar el puntaje de Yale el año que viene y así van a dejar el segundo puesto para pasar al el número 1 que este año ocupa Harvard). Bobby, en cambio, no tiene ofrecimiento de becas y tiene que pagar el 100% del costo de su educación. Chris está en pedo en Buenos Aires aprendiendo tango (es el más feliz de los tres, obvio, y si se queda a vivir ahí va a ser el más Digno también. Chris abandona la historia acá).

Sigamos a los muchachos tres años después. Arthur se gradúa con honores y Scalia, miembro de la Corte Suprema, le ofrece un trabajo como "clerk". Luego de dos años en la Supreme se retira para dedicarse a su pasión: la docencia. Curiosamente elige Harvard, para el asombro de Yale. Su salario: $180.000 al año.

Bobby se gradúa en el medio de la Gran Recesión. No encuentra trabajo y le pide a sus acreedores una prórroga de dos años antes de comenzar a pagar los $150.000 que debe en préstamos estudiantiles. Bobby está clavado con una deuda que lo va a perseguir por el resto de su vida si no sobresale en su profesión.

Dos preguntas: cuesta $150.000 la educación de Bobby? es $180.000 un salario razonable para un tipo en la posición de Arthur?

La respuesta a ambas preguntas es NO.

La interferencia del estado en el libre juego de la oferta y la demanda de préstamos estudiantiles viene componiendo un increíble mambo desde hace 30 años, cuando el estado hizo de su misión meter la mayor cantidad de estudiantes en aulas universitarias. El estado, que cree que con sus sabias políticas puede dictaminar que todo ser humano tiene derecho a un título universitario, ha desoído la lógica que dice que si inundás el mercado con dinero, la prestación se va a hacer necesariamente más cara. Toda semejanza con lo que pasó con el mercado inmobiliario no es mera coincidencia. Estamos en presencia de la burbuja educacional, una que va a explotar pronto en Estados Unidos. Como siempre, los damnificados son los mismos de siempre: los más pobres.

Claro que lo que me preocupa en todo esto no es el problema, sino las posibles "soluciones" que los políticos van a empezar a idear.