Es que hace posible, por lo menos mientras dura la plata, que la gente viva la ilusión de que el estado natural de la humanidad es la abundancia.
¿Cómo le explican a un empleado público de provincia pobre del interior profundo que los recursos son escasos por definición, cuando en los 90 ganaba el equivalente de 300 dólares por mes y ahora 1000, gracias al “modelo”, haciendo exactamente lo mismo que antes, con la misma productividad?
Millones de argentinos están convencidos de que lo normal es la abundancia y que la escasez es producto de un sistema injusto de organización política y económica. Lo único que hace falta en el mundo para terminar con la pobreza es que llegue al poder gente con el coraje y la decisión de los funcionarios argentinos para poner las cosas en su lugar.
Estamos hablando de una mentalidad rentística hecha carne en millones de argentinos desde hace generaciones.
Impecable, con tu permiso lo pongo en mi Facebook
ReplyDeletePor eso me temo que no hay salida posible de este esquema mientras haya plata para seguir financiándolo.
ReplyDeleteSiempre alguna generación termina pagando la diferencia.
ReplyDeleteBah, en la Argentina el descalabro ocurre cada 10 años.
El poder corrompe. No me parece que necesitemos poderosos de otro tipo. Sin coraje y decisión los actuales poderosos no estarían donde están. Hace falta madurar individualmente. Deshacernos de esta paternidad maléfica que representa esperar que el gobierno nos solucione los problemas. El Estado debe ser responsable de proteger los derechos individuales. Pero son pocos los individuos preparados para hacerse cargo de la responsabilidad que implica un fracaso.
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