Épocas gloriosas en las que eras catalogado de traidor a la Patria por estudiar inglés en el Anglo:
Los dislates no se circunscribieron a los ámbitos gubernamentales. Ahora resulta que nadie estaba en la Plaza de Mayo en abril del año de la invasión, la que desbordaba de gente gritando “el que no salta es un inglés” y otras bellaquerías de tenor semejante. Son los vergonzantes de siempre que volverán a salir de sus cuevas si hay la oportunidad de otro brote nacionalista, quienes van a misa y cantan “toma mi mano hermano” con gestos angelicales hasta que el patrioterismo los hace devorar con verdadera saña a los llamados hermanos de otras procedencias. Ya he referido antes que un integrante de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Argentina propuso se lo expulsara como Miembro Correspondiente al premio Nobel en economía Friedrich Hayek porque, de regreso de una invitación mía para pronunciar conferencias en Buenos Aires, declaró muy sensatamente, desde Friburgo, a un corresponsal de una revista argentina, que “si todos los gobiernos que estiman les pertenece un territorio, lo invaden, el mundo se convertirá en un incendio mayor del que ya es”. Afortunadamente, la descabellada moción no prosperó, pero consigno el hecho al efecto de poner de manifiesto el grado superlativo de desequilibrio imperante.
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.